Con un dramático escalofrío Kim Jonghyun echó un vistazo alrededor de la sala poco iluminada. ―Creo que este es nuestro mejor trabajo hasta ahora. ―Pegajosas telarañas colgaban en las esquinas y cubrían las polvorientas sábanas sobre los muebles. Varias arañas amenazantes de múltiples patas colgadas en la intrincada seda tejida. Velas acurrucadas fuera del camino en las esquinas por seguridad creaban espesas sombras vacilantes en toda la habitación.
―El lugar parece desierto, como si nadie ha vivido aquí durante años. Has hecho un gran trabajo con el polvo. ―Jonghyun levantó la mirada hacia los sonrientes ojos azules de su compañero―. Has utilizado un montón de cosas. No va a ser divertido para limpiar.
KimBun le dedicó una sonrisa entre dos hoyuelos. ―Oye, tú eres el que dijo que quería enloquecerlos. ¿Qué hay más aterrador que montones de polvo? ―Él pasó un brazo por la cintura de Jonghyun.
―¿Dos horas con una aspiradora? ―Jonghyun rio―. ¿Esta Taemin reuniendo a los sospechosos de siempre? ―Él se inclinó en el abrazo de un brazo de KimBun y presiono un beso contra su mandíbula. Su nariz se arrugó cuando el canoso pelo castaño rojizo de su pareja lo rozo. Jonghyun se frotó las cosquillas con el dorso de la mano. KimBun siempre dejaba que su pelo creciera un poco demasiado antes de su próximo corte. A Jonghyun le gustaba. Encontraba al desgreñado KimBun de cincuenta y tres años de edad, tan sexy como su versión de veinte años.
―Creo que él esta cazando nuevas víctimas. ―KimBun empujó el pelo de su cara con la mano libre y dejo que Jonghyun se apartara para continuar su ronda controlando doblemente sus esfuerzos―. Ya sabes que le gusta mas asustar a los novatos.
Jonghyun empujó la puerta del baño. El crujido de la puerta giratoria trajo una sonrisa satisfecha en su cara. Dio un paso atrás y una tabla del piso suelta bajo su pie
gimió. Se sobresaltó y lanzó una mirada a KimBun ante el sonido de una carcajada ahogada.KimBun levanto sus manos defensivamente. ―¡Oye, yo no dije nada!
―Te reíste. ―Jonghyun replicó.
―¡No es mi culpa! Cada año trabajas muy duro para hacer las cosas tan súper aterradoras que terminas asustándote a ti mismo. ―KimBun le hizo un guiño―. Es lindo.
Jonghyun rodo los ojos. ―Tengo demasiado pelo gris para ser lindo.
―Eres lindo para mí, bebe. ―KimBun le sopló un beso y Jonghyun se sonrojó a pesar de sus cincuenta y cinco años. Veintisiete de los cuales había pasado en compañía de su coqueta pareja.
―Deja de hacer eso. ―Murmuró sin calor. Observó a KimBun cruzar la habitación para comprobar su escondite. Ellos se sentarían en el asiento de la ventana oculto detrás de las pesadas cortinas que cubrían los ventanales de piso a techo en la alcoba curva fuera de la sala de estar. La vista desde las ventanas era espectacular, pero el frío se calaba durante los duros inviernos si no estaban bien cubiertas. Octubre era frío, pero por suerte no helado. Su escondrijo no sería demasiado incómodo. Jonghyun volvió a sus propios deberes. Tenían unas cuantas cosas más que hacer antes de la medianoche, cuando sus invitados llegaran.
Horas más tarde Jonghyun y KimBun estaban sentados hombro con hombro detrás de las gruesas cortinas. Chocando rodillas en anticipación ansiosa cuando las bisagras de la puerta del frente chillaron. Risitas nerviosas no cubrían el sonido de pies correteando. Jonghyun se movió como un niño en su silla y KimBun apenas reprimió una risa.
―Oh, Dios mío, da miedo aquí. ―La voz sin aliento de la chica delataba su caso de nervios―. Escuche que esta realmente embrujada. Qué pasa si todos son repulsivos o algo así. Quiero decir, aplastados por rocas, eso es desagradable. ―Ella gritó y se oyó el ruido de pies que se arrastraban―. Oh, Dios mío, esa es la araña más grande que he visto. No puede ser real... ―otro chillido. ―¡Se movió! ¡Niel! ¡No te quedes ahí! ¡Mátala! ―Las patas de la mesa chirriaron sobre el piso de madera y el bol sobre la mesa auxiliar se sacudió en contra de la lámpara.
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Una Historia De Fantasmas
ParanormalLa historia no me pertenece... Es solo una adaptación del JongKey, sin fines de lucro. Todos los créditos son a su respectiva autora... Autor: DIANE ADAMS Traducción al español: Hime-Chan Adaptación: Adileni S.