𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐕𝐈𝐈𝐈

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐎𝐂𝐇𝐎:
𝐒𝐮𝐩𝐞𝐫𝐧𝐨𝐯𝐚
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ACTUALIDAD

LA INVOCADORA DEL ALMA SIEMPRE SE DESCRIBIÓ COMO UN PELIGRO, un peligro a la humanidad que nos rodeaba. Era poderosa, más de lo que alguien se podría siquiera imaginar y su fuerza superaba a cualquiera. Ella y la invocadora del Claroscuro podrían controlar el mundo si se los planteasen. Una controlando lo que fuera que nos rodeaba, y la del alma controlando a cualquier ser que habitaba en la Tierra.

Aún sabiendo que su unión podría causar el gobierno del universo, había algo que las diferenciaba, algo que Kaz Brekker sabía muy bien. La invocadora del alma siempre fue conocida por ser malvada, un ser que no le importaba romper el alma de los demás y sus vidas con un solo chasquido. Era la invocadora más oscura de todos los tiempos y aquello era algo a lo que temía el cuervo. Ella era más oscura que el propio hereje negro.

Observó a Nereida que insultaba a Inej mientras esta última intentaba curar sus heridas. Los insultos salían de su boca como si fuera el pan de cada día y de vez en cuanto le lanzaba rocas a Jesper cuando esté se burlaba.  Nereida no se veía como una invocadora peligrosa, sino como una chica que cuidaría a quien lo necesitara. Aquella Nereida que él conocía no era la que el General Kirigan le dijo.

Kaz ya no sabía cómo sentirse. Aunque lo deseara, no podía dejar de preocuparse por ella. Y odiaba preocuparse por alguien que le mintió desde que se conocieron. Nereida no era quien el pensaba, Nereida era todo lo que él negaba que existiera. Era uno de los Santos que el tanto insulto, uno de los Santos que ella misma insulto. Kaz Brekker detestaba las mentiras y que la persona en la que más confiera le hubiera dado la mayor mentira de su vida, lo llenaba de tanta decepción que era inimaginable.

—¡ME CAGO EN TUS JODIDOS SANTOS, INEJ!— el grito de Nereida lleno el lugar cuando la suli terminó de curar su herida y dejó un leve golpe sobre esta. La mirada de Kaz por fin de alejo de la herida de la chica y viajó a cualquier otro punto que no fueran aquellos morados ojos.

𝐒𝐎𝐔𝐋: 𝐊𝐚𝐳 𝐁𝐫𝐞𝐤𝐤𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora