Capítulo 37: La Futura Amenaza

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La batalla al fin terminó con una victoria de nuestro lado, por suerte no tuvimos heridas graves y Aoi estuvo de nuestro lado para curarnos junto a Shinobu, así pasaron tres días. El primer día había sido de reposo, más los dos restantes fueron de entrenamiento y recuperar lo que había perdido, por curiosidad había descubierto que mi doctrina en realidad me provocaba un gran aguante físico y no era un potenciador como tal, por ello lo descarté y a cambio de eso estuve mejorando mis capacidades y mi poder divino, no había sido excesivo porque ya dominaba los principios de mis técnicas y habilidades, eso sí aumentaron el ritmo para llevarlo a un siguiente nivel y con ello sentía mi cuerpo más allá de mis límites, de verdad que había mejorado como nunca antes a pesar del poco tiempo. 

--Kaede-sama, vienen a verla, ¿la dejo pasar?--Me avisó Aoi con respeto después de entrenar y estando en la sala de estar  tomando un té junto a Kanao, de vez en cuando solía estar a solas con mi hermana menor y disfrutar de una pequeña merienda tranquila, a veces se sentía relajante. 

--Adelante, dile que pase, me pregunto quién será.--Sonreí para mis adentros mientras tomaba un sorbo de la taza de té, realmente era delicioso cualquier cosa que hacía la tsuguko de Hanae, simplemente increíble. 

--¿Será alguno de tus amigos Kaede-nee san? Desde tu pelea contra Hanami-san vinieron constantemente a verte, puede ser que sea alguno de ellos.--Deducía mi hermana menor con franqueza y cierta curiosidad, ciertamente podía ser alguien de mi grupo o un conocido mío, incluso Kyoko podría ser, después de todo conocía pocos que vivían en este mundo, más no creo que sea algún dios, es improbable debido a la tasa de entrenamientos con los jóvenes y la búsqueda de nuevos miembros. 

--Buenas tardes, ¿interrumpo una reunión?--De entre la puerta había entrado una joven con el cabello azul oscuro largo amarrado en dos coletas curvas y con ojos azul claro, efectivamente se trataba de Shiori Kasumi, la semidiosa del agua y las tormentas e hija de Susano, mi prima, lo raro es como había llegado a este lugar, lo mismo con Kyoko que jamás se sabía a ciencia cierta el descubrimiento de la tierra de los titanes. 

--¿Shiori? ¿Qué haces aquí? No querrás volver a…--No terminé al ver temerosa a mi prima, ciertamente no olvidaba el tormento que nos hizo pasar aquella vez en el mundo terrenal cerca de la finca mariposa y que casi se pudiera haber ocasionado el fin del mundo, de todas maneras no creo que fuera a hacer algo dentro de una vivienda, no parece el tipo de destruir sólo porque sí, además Kanao se encontraba alerta por si iniciaba algún movimiento. 

--Ey, calma calma, no os voy a hacer nada, vengo en son de paz. En primer lugar quiero pedir perdón por mi anterior comportamiento, fue muy ingrato de mi parte atacar a mi prima y a todas en general, por eso disculpadme. Sólo trataba de hacer feliz a mi padre, a decir verdad lo quiero demasiado y siempre me ha dado todo, pero nunca me uniría al plan de los dioses en intentar destruirte, no soy alguien que tenga rencor en lo absoluto.--Se disculpó mi prima bajando su cabeza en señal de disculpa, por un momento me había sentido culpable y mi hermana tampoco sabía qué responder, ella se había enterado de lo que pasó pero estaba igual que yo, las dos éramos expectantes de una reverencia que no cualquiera haría con tal de perder su orgullo y honor, era una cuestión de familia y admiraba a Shiori por ello. 

--Calma, calma, no bajes la cabeza. Apenas te conozco pero si pides perdón hace constancia del amor por la familia, Kaede seguro que te perdona y por nuestra parte no debes sentirte mal, mi hermana jamás atentaría contra la vida de nadie y nos ayudaste en la guerra, por eso eres de confianza y no sientas remordimiento, aceptamos tus disculpas.--Agregó la tsuguko contenta y acariciando con honestidad la cabeza de Shiori, en ello se había alejado un poco avergonzada pero sí se notaba más tranquila y más segura de sí misma. 

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