NI NARUTO NI HIGH SCHOOL DXD ME PERTENECEN TODOS LOS CREDITOS A SUS RESPECTIVOS CREADORES.
NOTA: Naruto llegara al mundo de dxd con el tipico portal cliche. Tambien posiblemente haiga inconcluencias y huecos argumentales. Bueno, dicho esto, ¡EMPEZEMOS!
NaRuTo UCHIHA DxD-capítulo 2.
En un páramo en donde se alcanzaba a vislumbrar un hermoso paisaje, el sonido grotesco de un cuerpo caer inerte se hizo presente, aquel liquido rojo que representaba la vida de uno se derramaba en un pequeño rio que se desencadenaba colina abajo. En ello, el sonido de unos pasos que poco a poco iban tomando protagonismo se hizo cada vez mas fuertes, ojos azules como el cielo se contemplaban al verlo directamente, y aunque su expresión no transmitia nada, el leve cansancio era apreciable para unos pocos, pero no era un cansancio por haber luchado no hace menos de unos segundos, no, el cansancio era debido a que en la semana que llevaba recorriendo todos los paisajes que existian en esa parte de la tierra, no habia encontrado nada, esta parte parecia haber sido una zona abandonada de los ojos de todos, un lugar en donde solo habitaban seres mutantes que no concordaban con las imagenes de los humanos. Tal vez y era porque aqui era en donde dios abandonaba a los seres vivos, pero algo asi no tenia fundamentos, el bello panorama que se alcanzaba a vislumbrar era un claro ejemplo de que esta era una tierra en donde dios no permitio el ingreso de ningun humano, no importaba si fueran animales, nadie tenia el derecho de entrar aqui.
Pero parecia que dicha ley fue profanada por un cientifico, el cual experimento con humanos convirtiendolos en seres repugnantes para la vista. Pero todo eso eran solo suposiciones que recorrian por su cabeza, el no era ajeno a pensar en la posibilidad de que existan dioses que gobiernan sobre los seres vivos, incluso en su dimensión existia un dios de la muerte.
Alejando la vista de aquel cuerpo que poco a poco empezaba a descomponerse, paso por un lado no dandole una segunda mirada, el liquido rojo que se habia filtrado cuesta abajo ya no existia, la unica evidencia de que haya habido alguien en ese lugar eran las torceduras de las pequeñas hojas de pasto.
Adentrandose de nueva cuenta por aquel frondoso camino del bosque, penso en las ultimas cosas que habian sucedido en la semana que llevaba en el nuevo mundo. Los experimentos, o fallos como el los habia nombrado, parecian ser los unicos que habitaban por la zona, ninguno con los que se habia topado parecian diferenciarse entre los otros, eran clones clonados simetricamente por igual, mismos recuerdos que no habian ayudado con su información. Tambien estaba el hecho de que el lugar donde habia aparecido no parecia tener fin, los recorridos que sus clones hacian tampoco habian ayudado a encontrar una civilización, pero para llevar solo una semana ahi ya era mucho con lo que alguien siquiera soñaba explorar.
Su sharingan, jutsus, y cualquier ataque que tenia en su arsenal ya no tenia ningun inconveniente, al parecer el poco chakra que tenia aquel fallo ayudo en eso, era algo complicado explicarlo pero ya lo conocia, haber consumido ese pequeño chakra que iba fusionado con otras energías, no significaba que el pudiera usarlas, en su mayoria solo sirvio para que sus genjutsus funsionasen con mayor efectividad.
En la noche, cuando la luna volvia a alzarse en lo más alto del cielo, aquel color rojo unico que tiñaban al astro acompañaban con la visión que se vivia abajo. Cuerpos tras cuerpos iban siendo cortados con el filo de aquella espada que resplandecia en un color electisante. Al final, la vista de innumerables cuerpos e inconmensurables liquidos de sangre tiñeron el suelo. Tal vista parecia ser el desarrollo de una guerra que acabo con un bando siendo el ganador, Pero todo era muy alejado de la realidad, no era una guerra ni mucho menos habian bandos, la unica persona que se apreciaba en el campo, era la figura de un rubio que miraba al cielo con aquellos ojos rojos, su cuerpo no mostraba ningun signo de haber recibido ningun daño, ni mucho menos se llegaba a apreciar una gota de sangre que manchara su prenda.