El verano de Julio en 1978 fue caótico, la masacre en el campamento Nightwing marcó la vida de más de veinticinco niños, adolescentes, y a los pueblos vecinos: Shadyside y Sunnyvale.
Pero en especial las vidas de Ziggy Berman y Blair Miller, dos cam...
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julio 1977.
El sol resplandeciente chocaba contra el rostro y el cabello rubio de Blair Miller, quien se encontraba caminando tranquilamente en medio del bosque que rodeaba el Campamento Nightwing. La chica rubia sostenía en su mano derecha una lata de soda de limón recién robada del comedor del campamento, y una rama seca en su mano izquierda.
A unos pocos metros, el gran árbol de Sarah Fier se levantaba frente a sus ojos, y junto a él, la cabellera rojiza de Ziggy Berman. Blair caminó lentamente hacia la chica, que se encontraba sentada sobre el verde césped y con un libro en sus manos. La Maldición de HillHouse pudo leer cuando estuvo lo suficientemente cerca.
— Hey.— Blair pateo con la punta de sus zapatos los de Ziggy.
La pelirroja subió su mirada entrecerrando los ojos por la brillante luz del sol.
— ¿Que haces aquí? —preguntó cuando pudo visualizar a rubia amiga de Sheila.— Si Sheila te mandó puedes regresarte por el mismo lado donde viniste.
— Es mi primer año aquí lo último que quiero es que la gente me conozca por ser seguidora de Sheila —respondió la rubia esbozando una pequeña sonrisa.— Quiero decir, es mi mejor amiga pero no hago sus trabajos sucios.
Ziggy asintió sin darle mucha importancia, y bajó su vista al libro entre sus manos, ignorando a la rubia frente ella. Blair soltó un suspiro bajo y se puso de cuclillas, extendiendo su mano hacia Ziggy.
— Soy Blair, Blair Miller.
Ziggy miró la mano de la chica para después tomarla.— Ziggy Berman.
— Entonces, ¿que estás leyendo? —preguntó aún mientras se sentaba junto a Ziggy, aunque ya sabía el nombre del libro.
— La Maldición de HillHouse.
— ¿Y?.
— ¿Y que?
— ¿Tiene un final feliz?.
Ziggy sonrió un poco para luego contestarle.— No se si lo notas pero apenas lo estoy iniciando, voy por la página quince.
— Oh.
— Si, oh.
Ambas chicas se dedicaron una pequeña sonrisa antes de volver a sus acciones. Ziggy puso nuevamente su atención en el libro, mientras Blair se dedicaba a mover la rama sobre la tierra y dar pequeños sorbos a su bebida.
— ¿Tu crees en los finales felices?.— de pronto Blair volvió a hablar al cabo de unos minutos.
— Deja de ser tan molesta —Ziggy soltó haciendo a Blair sonreír mientras alzaba sus manos en señas de rendición.
