Capítulo 46.

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Desperté muy desorientada, estaba en el hospital pero mis piernas las podía mover normalmente y la cabeza no me dolía nada. Me levanté de la cama y fui hacia la puerta la cual se abrió dejándome ver a un Christian, vivo y caminando, me abracé a él.
--Christian, perdóname, por favor.--Suplique con lágrimas en los ojos.--Tuve un sueño terrible.
--Shhsea lo que hayas soñado no importa, me tienes aquí y no tengo nada que perdonarte.--Masajeaba mi espalda.
--Por favor cuéntame que sucedió.--Christian asintió y entramos a la habitación.
Abrí la boca sorprendida después de lo que me había contado Christian.
--Yo no tuve nada de golpes, solo fueron unos moretones y dolor de cabeza.--Christian besó mis labios.
--Gracias a Dios, por un momento pensé que jamás te volvería a ver.--Lo abracé con tantas fuerzas.
--Me verás al despertar y al dormir, preciosa.--Sonreí contenta.
Definitivamente ese sueño fue horrible, al parecer solo chocamos en un poste pero no fue nada grave, aunque yo me desmaye por la impresión y tuvieron que darme unos medicamentos. Christian por su lado, traía el cinturón y solo fue el impacto ya que unos cristales se le habían clavado en el brazo.
Salimos del hospital ya con todo pagado y nos subimos al auto de mis padres.
--No vuelvan asustarnos de esta manera.--Dijo mi madre quien se encontraba llorando como magdalena.
--Lo sé mamá, perdón no pasó nada solo fue la impresión.--Todos la pasamos consolándola y hablando con ella.
Se había asustado mucho, por otro lado mañana es la boda de Daniel. Llegamos a nuestra casa, lo sé suena un poco raro decirlo así, ya no quería tener más peleas con Christian y si esto le hacía feliz pues a mí también.
Bajamos juguetes, cajas y ropa de la camioneta.
--Hogar dulce hogar. --Dijo Christian mientras depositaba las cajas en el suelo.
--Es grandiosa, nunca la había visto de día.--La admiré, era de un color beige con café las paredes, una barra de cocina de color azul turquesa, ya todo estaba perfectamente amueblado. Salí al jardín y más me impresionó, tenía una piscina, un jacuzzi y juegos para Matt, un invernadero
--Como sé que a ti te gustan las flores he decidido ponerte un invernadero.--Susurro Christian en mi oído.
--Gracias Christian, apreció mucho lo que has hecho.-- Lo besé.
--¡Hijo!--Grito ya que Matt estaba jugando con la tierra, yo reí y me acerqué a ellos.
--¿Qué les parece si nos metemos en la piscina?--Pregunté.
--Siii.--Gritó mi hijo y le coloqué unos flotadores y yo subí por un bikini que era de color morado y que dejaba a relucir mi figura.
--Estas preciosa.-- Christian me tomo de la cintura y me aventó al agua.
--Lo pagarás.--Dije riéndome, Matt y Christian me imitaron.
--Mami, mañana podemos invitar a mi prima Anna.--Dijo Matt jugando.
--Mañana no cielo, pero el domingo sí.--Sonreí y besé su cabeza.
--Tu no me dirás la palabra "Mi amor".--Christian me miraba divertido.
--No, no estoy acostumbrada.--Me encogí de hombros y le salpiqué agua.
La tarde transcurrió en la piscina, risas y juegos que jamás creí que sucedería con Christian.
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--Por fin se durmió.--Entro Christian a la recamara y recostándose a un lado.
--Es un angelito, con cualquier cosa queda exhausto.--Dije con ternura y terminando unos cuantos archivos de la empresa.
--Es nuestro angelito.--Dijo Christian pensativo y segundos después se levantó de un salto de la cama.
--¿Qué te pasa?--Pregunté
Christian se pasaba las manos por el pelo nervioso y no dejaba de caminar de un lado a otro.
--Ayer.--Tartamudeo.-- Jessica, no usamos protección.
Me miró asustado y traté de recordar.
--Pues no lo sé.
--¿Y si estás embarazada?--Pasó saliva con dificultad.

Matrimonio a cambio de Dinero I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora