Ghost: Zero O'clock [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]

5

Jimin sentía sus lágrimas resbalar por sus mejillas a cada paso que daba, aún le dolía sus huesos y caminar para él era una tortura. Jimin al terminar sus ejercicios se sentó en la cama, aún debía de permanecer en el hospital para más exámenes.

Él tomó su celular y se puso a ver sus redes sociales, hasta que le apareció una página web que le llamó la atención; él decidió entrar y comenzó a llenar sus datos. Al cabo de dos minutos le llegó una notificación de mensaje, donde le preguntaban dónde sería la reunión. Jimin comenzó a escribir en el hospital y la persona le respondió que llegaría al día siguiente.

[...]

—Oppa. —se escuchó una voz.

El pelinegro se giró y vio a una castaña la cual corría hacia él y lo tomaba del brazo, él no dijo nada, solo se dispuso a caminar junto con la chica.

—Pensé que te quedarías en la escuela. —le dijo.

—Prefiero ir al albergue. —suspiro la chica. —al menos ahí olvidaré las burlas que recibo.

—Está bien. —dijo el pelinegro. —vamos juntos, no es seguro que andes sola a estas horas de la noche.

Ambos chicos se dirigieron al albergue, al llegar el pálido dejó a la chica en una mesa mientras que él salía para tomar aire, miro que en la terraza había una caja de cigarrillos. Él la tomó y sacó uno para encenderlo con el encendedor que llevaba consigo, él se quedó ahí fumando mientras miraba los autos pasar.

—Sabes que no se puede fumar aquí. —escucho una voz.

—Se me antojo uno. —miro a un chico el cual se puso a la par suya.

—¿Todo bien hyung? —le pregunto.

—Solo pienso. —contestó. —en lo que hay después de la muerte.

—Usted debería de saberlo es un espiritista. —habló el chico.

—No me lo recuerdes. —cerró los ojos para poder dejar ir él fumó. —deberías ir a dormir ya es tarde mocoso.

—Está bien hyung. —dijo el chico para desaparecer del lugar.

Él siguió fumando hasta que el recuerdo de aquel chico vino a su mente, era extraño, pero debía averiguar si era un espiritista también. Al terminar el cigarrillo se dirigió a su habitación para acostarse en la cama y poder cerrar los ojos y así poder dormir un rato, él lo deseaba y necesitaba.

Al amanecer como era costumbre hizo su rutina y se dirigió al hospital para seguir curioseando y hablar con algunas personas de ahí, cuando iba caminando vio al rubio el cual estaba haciendo sus terapias. Jimin dirigió su mirada a la puerta, pues había sentido una presencia de alguien más, pero ahí no había nadie.