Capítulo 4: Damon

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Damon

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Damon

No puedo creer que todo el tiempo sea lo mismo, siempre intentando controlar, reprimir, siempre han sido así, no puedo creer que durante toda mi vida me hayan manipulado para ser exactamente lo que ellos quieren que sea, un arrogante y vanidoso que solo vive de apariencias, igual que ellos.

Estoy demasiado molesto, con ellos, con toda mi familia, no puedo decir que con mis amigos también porque la verdad es que no tengo nada de eso, solo a Hannah a quien considero como una hermana pero ella no entendería nada de esto, necesito escapar de todo esto, ya no lo soporto.

Esta vez han dado en el clavo para colmarme la paciencia, aunque sean ellos, aunque sean quienes me han dado todo también me han dado todo lo malo de mi vida, infancia, adolescencia y gracias a ellos tengo este carácter, así que no pueden quejarse, si quería un buen chico pues hubiesen tenido otro porque yo ni en mil años más ni en mil vidas más seré eso.

Mis padres creen que pueden retenerme para que sea como ellos quieren, pero no es así. Poco me importa que ellos me hayan dado la vida, no les debo nada porque solo se han encargado de tratarme como un objeto. Desde niño he sido manipulado a su antojo, porque lo único que les interesa es que les proporcione dinero trabajando para ellos y tener una gran imagen de familia perfecta delante de los medios de comunicación y el mundo, cuando en realidad ninguno de los dos se ha preocupado nunca por mí, siempre ha sido todo una fachada.

-Hijo, mañana tendremos una reunión para festejar el décimo aniversario de la empresa de tu tio Gerald- dice mi padre cuando entra a mi habitación sacandome de mis pensamientos

Me hierve la sangre cada vez que mi padre cree que yo consideraré familia a sus amigos allegados, son cercanos a el, no a mí.

-Número uno, ese señor no es mi tio y número dos si lo que quieren es que yo asista pueden olvidarse de eso- afirmo sin importarme que tan mal suene o que tanto les moleste

-Como quieras, pero el Lunes irás conmigo a la empresa familiar porque alguien debe ser el sucesor del mando y me interesa un comino si no quieres ir, irás porque yo lo digo.

No digo nada al respecto porque la verdad si quiero ser el sucesor de la empresa familiar, pero no para mantener el legado, solo lo quiero porque me gusta tener poder sobre las cosas y no podría negar que estar al mando me generaría muchos beneficios y que además yo manejaré todo mejor de lo que alguna vez alguien lo ha hecho.

Me levanto de mi cama, busco unos zapatos deportivos y me cambio para ir a correr. Salgo de la casa con la intención de que nadie me vea para no tener que dar explicaciones. En lo que abro la puerta aparece Hannah en mi campo de visión parada frente a la puerta y por lo que parece estaba apunto de tocar el timbre.

-Maldición- musito y ruedo los ojos.
Esta gente nunca me deja en paz

-Vaya forma de saludar a tu mejor amiga-musita la chica frente a mí con un notado desdén.

-Vaya momento en el que apareces, no eres bien..- me quedo a mitad de frase porque me interrumpe diciendo.

-¿A dónde pensabas ir?- pregunta y luego dice -Voy contigo- en un tono decidido.

No puedo hacer más que rodar los ojos de nuevo, es terca e insistente de nada sirve discutir así que solo paso por su lado y ella se gira para seguirme.

Al pasar por uno de los parques que está en la urbanización en la que ambos vivimos Hannah se queja diciendo que está cansada y se sienta en uno de los bancos y decido sentarme a su lado para no esté sola, no porque no quiera que se sienta sola, nada de eso, solo porque yo también estoy cansado ya.

-Antes de que empieces con el interrogatorio sobre que es lo que me pasa solo te diré que esta vida es una mierda.

Creo que entiende que no quiero hablar de eso por lo que solo saca su célular, conecta los audifonos y me pasa uno, lo acomodo en mi oreja y ella hace lo mismo, escuchamos Twenty one pilots, eso logra relajarme un poco.

Estando ahí, concentrandome en la música, intentando disipar un poco mi ira, algo llama mi atención, y me siento obligado a mirar en un punto en específico, es una sensación demandante, como si su presencia siempre exigiera mis ojos la mirasen. La veo caminar no tan cerca de donde estoy pero si lo suficientemente cerca como para notar que ella también me mira a mi y es en el momento en que veo sus azules enlazarse a los míos que esa sensación me abarca nuevamente, esa que no se explicar pero que llena de un profundo desconcierto y extrañeza.

No puedo evitar detallar aquella chica, su cabello es claro, sus hebras poseen un hipnotizante color miel y sus ojos son tan claros como el cielo. No hay duda de que es muy atractiva. Pero sigo sin entender por qué he percibido unas inusuales energías siempre que la veo.

Minutos luego de verla desaparecer no se hacia donde, decido irme a casa. Hannah camina conmigo nuevamente hasta informarme que pasará unos minutos por casa de Sahara, es digamos una amiga que tenemos en común. Me despido de Hannah diciendole que tenga cuidado, aunque no me preocupa, la casa de Sahara también está en Kensaiz, específicamente a una calle de la mía.

Al llegar a casa no puedo creer lo mentalmente cansado que me siento, un dolor de cabeza punzante me agobia. Camino a mi habitación con la intención de dormir, pero doy vueltas en la cama como por media hora y luego no se en que momento me quedo dormido, pero lo hago.

-𝘚𝘦 𝘴𝘶𝘱𝘰𝘯𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘳í𝘢𝘴 𝘤𝘰𝘯𝘮𝘪𝘨𝘰, 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦 𝘲𝘶𝘦𝘳𝘳í𝘢𝘴 𝘢 𝘮𝘪- 𝘥𝘪𝘤𝘦 𝘦𝘴𝘢 𝘷𝘰𝘻 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘴𝘰𝘭𝘭𝘰𝘻𝘰𝘴

-¿𝘚𝘦 𝘴𝘶𝘱𝘰𝘯𝘦? ¿𝘊𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘴𝘦 𝘴𝘶𝘱𝘰𝘯𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘤𝘰𝘳𝘥𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘦𝘴𝘰?- 𝘱𝘳𝘦𝘨𝘶𝘯𝘵𝘰 𝘦𝘯 𝘵𝘰𝘯𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘢𝘧𝘪𝘢𝘯𝘵𝘦 -¡𝘏𝘢𝘣𝘭𝘢!

- 𝘛𝘰𝘥𝘰 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘢𝘴 𝘩𝘦𝘤𝘩𝘰 𝘦𝘴 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘳𝘶𝘪𝘳𝘮𝘦 ¿𝘕𝘰 𝘭𝘰 𝘷𝘦𝘴?

-Hagas lo que hagas 𝘯𝘰 𝘷𝘢𝘴 𝘢 𝘥𝘢𝘳𝘮𝘦 𝘭𝘢𝘴𝘵𝘪𝘮𝘢- 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘵𝘰

-¡𝘌𝘴𝘰 𝘯𝘰 𝘦𝘴 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳, 𝘪𝘮𝘣é𝘤𝘪𝘭!- 𝘨𝘳𝘪𝘵𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘢 𝘷𝘰𝘻 𝘳𝘰𝘵𝘢 -𝘌𝘴𝘤𝘢𝘱𝘢 𝘵ú 𝘥𝘦 𝘵𝘶𝘴 𝘮𝘢𝘭𝘥𝘪𝘵𝘰𝘴 𝘥𝘦𝘮𝘰𝘯𝘪𝘰𝘴 𝘺 𝘭𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘮𝘦 𝘥𝘪𝘤𝘦𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘢𝘳𝘳𝘦𝘨𝘭𝘢𝘳 𝘮𝘪 𝘷𝘪𝘥𝘢, 𝘯𝘰 𝘢𝘩𝘰𝘳𝘢.

𝘌𝘴 𝘵𝘢𝘯 𝘵𝘦𝘳𝘤𝘢, 𝘦𝘴 𝘵𝘢𝘯 𝘢𝘴𝘧𝘪𝘹𝘪𝘢𝘯𝘵𝘦, 𝘷𝘢 𝘢 𝘷𝘰𝘭𝘷𝘦𝘳𝘮𝘦 𝘭𝘰𝘤𝘰 𝘺 𝘯𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘰 𝘴𝘢𝘤𝘢𝘳𝘭𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪 𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦, 𝘺𝘢 𝘯𝘰 𝘴𝘦 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳𝘭𝘰

Me despierto de golpe. Otra vez esos sueños, no lo entiendo, podría escribir un libro con todas las cosas que he soñado y sería un exito a no ser porque los olvido al salir de la cama.

¿Pero qué es lo que significa este?
Estoy harto, son las tres de la madrugada y siento que no he dormido absolutamente nada. Estiro mi brazo para agarrar las pastillas para dormir y me tomo dos de un solo golpe a ver si así si duermo.

Las pastillas hacen efecto y me voy quedando dormido poco a poco, hasta que pierdo conciencia de todo lo que me rodea y me hundo en un sueño profundo.

Todo lo que no eraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora