George
- Quieres casarte conmigo? - Pronuncié nerviosamente mientras sostenía el anillo de oro frente a mi amada Lissa.
Nuestros padres arreglaron nuestra boda desde que yo tenía 16 y después de tres años decidieron que era hora de hacerlo oficial.- Dejarás tus estudios y nos mudaremos a Tracytown, tendrás cinco sirvientes a tu disposición y en un futuro, si me das un hijo varón él heredara las parcelas de tierra que tengo en el Norte, y las propiedades a las afueras de la ciudad.- Lissa me miro indecisa, lo que aumentó mi nerviosismo.
Era una bella joven de 16 años, tan solo cuatro años menor que yo, de una familia pudiente y con varias propiedades en el exterior, este matrimonio le convenía a ambas familias.- George.... en realidad....No quiero casarme conti...
- QUÉ? Mary Lissandra Wisconsin este matrimonio se lleva acabo contra viento y marea. Porque eres tan inconsecuente y egoísta? - intervino alterado su padre.
- Padre, los siento pero - una lágrima rodó por su blanca mejilla - quiero seguir estudiando y ser una doctora como mi hermano, aprecio mucho al señor George pero no es mutuo el sentimiento y tenemos interéses diferentes.
- JA JA JA JA- río burlonamente el señor Wisconsin - Tú? Una mujer, Doctora? Acaso has visto a alguna? No verdad? No existen. De donde sacaste una idea tan disparatada? Vas a dejar está oportunidad tan grande por seguir una ilusión inalcanzable?
- Pero... Podría ser la primera. No sería un orgullo para ti? Para la familia? Mi madre estaría orgullosa. Escuché que en el Este una mujer terminó sus estudios universi...
- NO! Lissandra por favor, no continúes con esta ridícules! El señor George es uno de los solteros más codiciados y con las estupideces que acabas de decir de seguro lo espantaste.
- No se preocupe señor Wisconsin, de seguro el calor de esta mañana la afectó un poco, haciéndola delirar, suele pasar. - Dije asintiendo mientras seguía de rodillas frente a Lissa - Querida, piensa en las propiedades, los coches y en la fortuna que le espera a nuestro hijo.
- Hijo? Pero si ni siquiera he aceptado la propuesta. Porqué todos ya tienen mi futuro planeado? Acaso no les importa lo que quiero? Lo que pienso? - Pronunció Lissa con su voz quebrada y apagada - Lo siento George pero no puedo aceptar - Sin esperar respuesta alguna salió corriendo llorando y cerró la puerta de un portazo.
Quedé atónito, no esperaba está reacción.
Me paré rápidamente enojado mirando a el Señor Wisconsin con el ceño fruncido y caminé hacia la puerta con la cabeza en alto.
Salí de la casa y cegado por la rabia tiré el anillo lejos. Empecé a dar vueltas con los puños cerrados hasta que reaccioné.- Pero que acabo de hacer? - Exclamé en voz baja. El anillo me había costado un dineral, no lo podía perder. Empecé a buscar desesperadamente la pequeña joya.
Observé a una dama con un aspecto peculiar recoger algo del suelo, me acerqué corriendo y efectivamente había tomado el anillo.- Disculpe señorita, eso me pertenece - le dije secamente.
- No creo que le quede bien - sonrío divertida.
- Hablo enserio, démelo de una vez si no quiere problemas.
- Pasa algo caballero? - Intervino un hombre con un aspecto aún mas peculiar que el de la dama.
- Esta mujer tiene algo que me pertenece - dije señalando a la señorita.
- Es de oro Charlie! - comentó la mujer emocionada - Justo lo que necesitamos.
- Perfecto, conectémoslo ya!
- Conectar? De que están hablando? Ese anillo es mío y si no me lo dan ahora llamaré al alguacil.
El hombre me ignoró completamente y sacó de su maletín un artefacto que nunca había visto en mi vida, era una especie de rectángulo pequeño que se movía cuando deslizaba su dedo sobre el. A su vez sacó una especie de "hilos amarrados" a otros artefactos que desconocía .
- Derrite el oro con esto y viértelo sobre el punto T del circuito - le dijo a la dama pasándole un objeto que lanzaba fuego - no es necesario que lo derritas todo, solo necesitamos 5 kilates. Apresúrate!
Pero, quien carajos eran estas personas y por que tenían objetos tan extraños?
- Un momento, nadie va a derretir nada. Están locos acaso? Denme mi anillo o tendré que recurrir a la violencia - intenté arrebatárselo a la mujer pero el hombre me agarró por la espalda bruscamente.
- Alto ahí caballero - me paró en seco, sentí un objeto punzante en mi espalda, estaba..estaba armado - Esto es de vida o muerte, como verá en este momento no se encuentra usted en una situación muy cómoda y me temo que si intenta quitarle el anillo a la señorita me veré obligado a usar este cuchillo.
Quedé helado, mi respiración empezó a agitarse y sentía que el corazón se me iba a salir. Miré para todos lados en busca de ayuda pero para mi suerte no había nadie a mi alrededor.
La mujer estaba tan sumergida en su labor que ni se inmuto al escuchar la amenaza de su compañero, solo siguió derritiendo el anillo, como si fuera una situación de lo más normal.- Está listo enciéndelo - dijo impaciente la dama secándose el sudor de la frente.
El hombre del cuchillo me soltó para tomar el artefacto rectangular que había visto antes y presionó con su dedo la palabra "ON" y se tomó de la mano con ella.
Aproveché para agarrar lo que quedaba del anillo y salir corriendo.
- NO! LO NECESITAMOS PARA EL REGRESO - exclamó la mujer jalándome por la espalda sin soltar a su compañero.
En ese momento una luz resplandeciente fue emitida al parecer por el misterioso artefacto. Entrecerré los ojos ya que dicha luz era tan fuerte que lastimaba, casi como si estuviese viendo directamente al sol.
Cuando la luz cesó abrí los ojos y pude ver con claridad. Estaba en otro lugar, totalmente distinto, las edificaciones eran extrañas y estructuras con ruedas se movían por las calles, mire a mi alrededor y la pareja me miraba con terror y confusión .
- Genial! Trajimos un hombre del pasado al siglo XXI - Dijo el hombre dándose una palmada en la frente.
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CAMBIO DE SIGLO
Ficțiune generalăGeorge Jhonson era un hombre adinerado de la clase alta que vivía en el siglo XVII. Una época en la que la esclavitud, la xebofobia, el machismo, y el racismo eran actitudes sumamente normales y "culturales". Todo cambia cuando debido a una seri...