Capítulo 1: Primer día.

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- Oh no -definitivamente no. No no y no. - Mamá, no pienso ponerme eso.- Qué horror.

- Sí Sara, te lo vas a poner.-

Mamá te odiaré por esto.

Explico. Mis padres llevaban seis meses separados. No es mucho, pero lo suficiente como para que mi padre haya encontrado a una nueva "mujer".

Mi madre dejó de llorar por las noches al tercer mes del acuerdo de divorcio.

Menos mal.

Soy hija única, y si no lo fuera hubiera sido mucho más fácil estos tres meses. Mis tías ayudaron a mi madre en tema de "solteras viejas pero no tan viejas", ya que ellas pasaron por lo mismo pero ya hace tiempo.

Mi madre y yo nos mudamos de ciudad ya que vendimos el piso para repartir el dinero entre mi padre y ella. Tuve que cambiar de instituto y no sería fácil.

Nuevos profesores.
Mal.

Nuevos compañeros.
Mal.

Nuevas chicas.
Mal

Nuevos chicos.
Ya, deja de torturarte Sara, eres una masoquista.

Odiaba empezar de cero tanto como el vestido que mi madre me dijo que me pusiera para mi primer día.

- Mamá, van a mirarme raro.-

- Si te miran raro es porque eres una antisocial, cariño mío.-

- JA-JA-JA.- Reí sarcásticamente. Ella puso sus dedos índices en las comisuras de mis labios subiéndolos simulando una sonrisa.

- Son las 7:50. Llegarás tardísimo.-

¿¡QUE!?

Aparté sus manos de mi cara y bajé las escaleras de casa de una de mis tias para cojer mi mochila. Mi madre bajó detrás de mí cogiendo las llaves del coche.

- Un momento mamá.Tengo que lavarme los dientes.-

Bien Sara, buena excusa.

Subí otra vez metiéndome en mi habitación cogiendo unos jeans y una blusa de mi armario los metí en la mochila y bajé. Odiaba con todas mis fuerzas ese horroroso vestido.

- ¿No te ibas a lavar los dientes? No oí...-

- No mamá no hay tiempo.- la interrumpí.

Cómo me gustaba hacer eso.

Tras cinco minutos de viaje llegamos al maldito infierno que este extraño planeta llaman "instituto".

Mi corazón iba a mil por hora.

Sara, no sabes cuántos latidos da tu corazón en una hora. Y seguro que más de mil, da.

Cállate.

- Adiós cariño.- mi madre besó mi mejilla sacándome de mi estúpida pelea con mi estúpida conciencia.

Estúpida tu chs.

- Em... Adiós mama!- bajé del coche y fui hasta la puerta principal.

Mi madre ya había dado mis datos días antes así que solo tuve que ir a por mi horario. "Química"

Oh genial.

(...)

Estaba apoyada en la pared cerca de la puerta del aula de Química cuando paso por delante un señor con bigote y barriga cervecera.

No te rías, no te rías que te miran todos.

Un chico de pelo rizado y con gafas y muy desesperado por entrar intentó hacerlo pero el profesor le cerró la puerta en las narices.

Ahora que puedes reírte.

- ¡Esperen fuera!- suspiré y todos se giraron hacia mí, algunos sorprendidos y otros con caras de asco.

Con otros quiero decir las chicas odiosas que siempre hay en los institutos. Bien.

Me tapé la cara con los libros. Pero de la nada la puerta se abrió y se escuchó al profesor.

- Voy a decir los nombres en el orden que quiero que os senteis. ¿De acuerdo?- todos resoplaron pero yo me alegré porque sabía que nadie se iba a sentar conmigo. - Robert Whisley y Jess Patinson.- un chico muy bajito y lleno de granos y una de las chicas que antes me miraban entraron a clase.

(...)

Odiaba Química. Y más si mi supuesto compañero no iba a clase.

Estúpido Alex Parker que no lo conocía pero odiaba que me hubiera dejado sola en la aburridisima y larguísima clase de química.

Me encontraba en mi taquilla cogiendo los libros de la segunda hora, lengua.

- Oh mierda- suspire dándome cuenta que no tenia ni idea de donde estaba la clase de lengua.

- Oye chica, ¿necesitas ayuda?- una voz femenina pero no tan chillona se acercaba a mi. Me giré y vi a una chica muy mona, castaña con ojos verdes.

- Eh... Si, sí...- dije mirándole.- ¿donde esta el aula de lengua?

- ¿Vas al curso superior?- asentí. - Entonces vas conmigo. Es por aquí.- giramos el pasillo y seguimos recto entrando a la clase.

- Espera - se giró ella, para escuchar lo que le iba a decir. - Aún no se tu nombre. Soy Sara.- le sonreí y ella hizo lo mismo.

- Yo soy Christina Jordan, pero me llaman C.J., no sé porque, parece nombre de chico.- nos reímos por lo que acababa de decir y entramos a clase.

(...)

Abrí la puerta de mi casa un poco enfadada por el trabajo que nos puso a Chris y a mi el profesor de lengua por hablar toda la clase. Quedaríamos esta tarde.

-¿Entonces has hecho amigos?- miré a mi madre con cara de "eres una pesada".

- Sí mamá. Se llama C.J.

- ¿Un chico?- negué con la cabeza. - Pues C.J. es nombre de chico.-

- No mamá, se llama Christina Jordan.-

- Ah okey. Y ¿que tal las clases?-

- Muy bien, algo aburridas...

Mi primer capituloooo :))))

ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora