escenario.

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LA TOMAN JUGANDO LUZ VERDE, LUZ ROJA.

— Llegué Mik... ¿que mierda haces?

Mikey giró a verte aún con la lengua en la lata, la bajo algo confundido y frunció el ceño al percatarse que no llevabas la bolsa de taiyakis.

— Estaba haciendo un reto muy difícil — giró algo ofendido y hiciste una mueca ante su repentina actitud — Así que no hagas ruido.

Guardaste silencio y lo observaste seguir lamiendo la lata en donde había un dulce de azúcar, realmente creías que Mikey era demasiado extraño. Decidiste ignorarlo y acomodaste la bolsa de la merienda para servirle a él, aprovecharías para agarrar de más debido a su distracción con la lata y la lengua.

— Lle... — Baji entró por la puerta, pero de inmediato se quedó quieto cuando observo a Mikey lamiendo la lata — Que mierda...

— Keisuke — te inclinaste y este aun seguía mirando a Mikey con desprecio — Solo no le hagas caso.

— ¿Que está haciendo? — sacaste los platos de la bolsa y alzaste los hombros sin saber qué hacía el rubio — No se vaya a intoxicar.

— No creo, está lamiendo un dulce de azúcar...

— Parece perro.

— ¿Quién parece perro? — los dos se sobresaltaron cuando Mikey apareció de la nada justo a su lado, dejó la lata en la mesa y levantó una galleta en forma de sombrilla — Lo hice sin romperlo y sin aguja.

— Mikey — Baji arrebató la sombrilla de su mano haciendo que el nombrado abriera su boca cuando noto como se había roto debido a la tosquedad del agarre del contrario — ¿Esto es tóxico?

— No — lo tomo con algo de enojo y lo observo fijamente — Que yo sepa no...

Baji y tú se miraron de inmediato cuando dijo eso, la risa de Mikey se escuchó por toda la cocina dando a entender que solo estaba jugando un poco con su mente.

— Vamos a jugar a algo hoy.

— No — los dos dijeron al unísono y Baji recargó su cuerpo en la barra mientras observaba cómo sacabas la comida.

— Todavía no digo que quiero jugar — Mikey se cruzó de brazos mientras hacía un pequeño puchero en sus labios — No sean aburridos.

— ¿Que quieres jugar Mikey?

— Luz verde, luz roja.

— ¿Hah? — Baji llevó sus dos manos a su cintura y frunció el ceño — ¿Que mierda es eso?

— Es una sorpresa — Mikey sonrió y se alejó de la cocina — ¡Llamen a los demás!

Cuando Mikey decía algo acerca de una sorpresa, nada terminaba bien.

Cuando Mikey decía algo acerca de una sorpresa, nada terminaba bien

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necking and misery | tokyo revengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora