Capítulo 87 (Penúltimo)
Carlisle fue a abrir la puerta con tranquilidad, dando paso a Eric, quien con cara de enfado se acercó rápidamente a mí, deteniéndose a unos escasos pasos.
Observó el cuerpo del hombre inconsciente en el sofá, y después centró sus gélidos ojos milenarios en los míos. Estaba más que enfadado.
-¿Cómo cojones se te ocurre atacar a alguien a las puertas de tu casa en pleno día? ¿Y por qué cojones habéis dejado a una neófita sola? –Preguntó, está vez, mirando a Carlisle con cara de pocos amigos.
-La culpa es mía, no de ellos. Rosalie estaba conmigo pero salió un momento, cuando llamó el cartero...
-Y no se te ocurre mejor cosa que hacer que abrirle, ¿verdad? No pensé que fueras tan estúpida. ¿Y si llega a verte alguien, o y si lo matas? No podía creérmelo cuando he tenido la visión. ¡Esto es serio! Nuestro mundo podría venirse abajo por cualquier despiste como este. –Alzó la voz furioso, sin dejar de contemplarme con frialdad.
-Lo siento mucho, Eric. –Volví a disculparme tras un suspiro, forzándome a mirarle a los ojos, sintiéndome horrible.
El rubio exhaló con enfado dedicándome una última mirada asesina; se estaba conteniendo. Poco después, se dio la vuelta y caminó hasta el hombre tumbado en el sofá, desplegando sus colmillos para herirse en un dedo y borrar las marcas en el cuello del pobre cartero.
-En cuanto despierte avisadme, estaré fuera haciendo unas llamadas. –Habló el vikingo con aquel tono frío y automático, dirigiéndose hacia la salida. Todos nos mantuvimos en silencio mientras le observábamos salir.
Albert entró en aquel momento en el salón esquivando a Eric, vislumbrando con rostro serio nuestras caras preocupadas y rígidas.
-Has mordido a alguien. –Murmuró con aprensión mientras contemplaba la sangre de mi camiseta, y después veía el cuerpo en el sofá.
-Tranquilo, el hombre se pondrá bien. No ha sido nada. –Se precipitó Carlisle a intervenir, acercando al niño con una sonrisa serena.
-Eric piensa que tiene que castigarla de algún modo, es la ley. ¡Me prometiste que no la matarían! -Gritó con enfado, reprochando a su padre sin apartar la vista de él. Antes de que Carlisle pudiera rebatir nada, Eric intervino, volviendo a aparecer en el lugar de repente mirando a Albert con indiferencia.
-Relájate, vampirito. No voy a matar a tu poco cuidadosa madre, pero tendrá que quedarse aquí encerrada hasta que sea capaz de ver como alguien sangra sin sentir tentación, y si me desobedece, entonces ya me pensaré darle la verdadera muerte.
El hombre comenzó a despertar, preguntando dónde estaba y qué le había ocurrido, entonces Eric se posicionó frente a él rápidamente, y mirándole fijo a los ojos comenzó a hipnotizarlo para que no recordara nada.
-Muy bien, ahora creerá que se desmayó mientras repartía el correo y que Carlisle lo atendió, todo vuelve a la normalidad. Espero que dejéis que dure algo más que esta vez. –Acto seguido el vampiro se fue del lugar, acompañado del cartero, tras dedicarme una última mirada envenenada y teñida de una dolorosa decepción. Jamás pensé en verlo de aquel modo, sin gritar y destrozar cosas ante su enfado. Con aquel gesto de madurez también me había dado un doble golpe.
Por fin aquel horrible día se acababa, pero la culpabilidad y el dolor no disminuían en mi interior ni un ápice, con lo que salí de la casa para no tener que encontrarme con las miradas compasivas de mi familia, perdiéndome en la oscuridad del bosque, donde comencé a destruir todo lo que me encontraba a mi alrededor, llena de ira.
-Nadine, para. –Pidió Carlisle apareciendo de entre la nada, con rostro lóbrego.
-Nunca lo controlaré. Creía que ya había superado eso, y con sólo ver aquella gota... –Comenté de forma agónica mientras me giraba para observar el rostro del rubio, en busca de ayuda. Toda mi confianza en mí misma se había desvanecido.
-Todos lo hemos superado, tú también lo harás. Es muy complicado.
-¿Y si hubiera sido Albert? Hubiera pasado lo mismo. Lo he decepcionado, Carlisle, y no podré superarlo.
-No lo has decepcionado, sólo está asustado, Nadine. Él siempre se sentirá orgulloso de ti, lo has sacrificado todo por tenerle a salvo.
-Viste su cara, estabas allí. -Susurré sin darme por vencida, girándome para darle la espalda a mi marido, aunque no pudiera ver mis lágrimas al llorar.
-No puedes rendirte, sabías que no sería fácil, pero nos tienes a nosotros, Nadine.
-Por favor, ayúdame, Carlisle. –Sollocé desesperada tras un profundo silencio, sintiéndome inmensamente perdida. El rubio se acercó de inmediato para abrazarme, comenzando a susurrar en voz baja a la par que acariciaba mi cabello.
-Te prometo que lo superarás y todo volverá a ser como antes. Sé que podrás hacerlo.
Escuché aquellas palabras pensando en el negro futuro que me auguraba, no teniendo mucha fe en mí misma, pensando en cuántas veces más aquel instinto animal anularía lo que quedaba de mi humanidad.
Ahora sí que sí, el siguiente será ya el final, ¡gracias por leer a todos!
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Una nueva esperanza
FanfictionLuz en la oscura y trágica vida de una joven. Luz para un hombre que vive enfrascado en la eternidad sin remedio alguno. Cuando los caminos se cruzan, surge una nueva esperanza. CarlisleXoc