El Cachorro Y La Serpiente Albina

Llanto

Cuando Jian Yi despertó sentía un gran dolor en la cabeza, tanto por la resaca como por el golpe; cuando pasó un poco aquel dolor punzante alzó la vista y vio que estaba en una habitación totalmente blanca con un pequeño taburete de madera a su lado, un sofá beige al frente y una pequeña maceta blanca con un cerezo a un lado de las grandes puertas de cristal que se encontraban medio abiertas en dicha habitación. La luz entraba por los cristales formando un pequeño arcoíris, las cortinas cafés eran movidas por el viento que se emanaba y Jian Yi solo se quedaba mirando aquellas cortinas y sentir como aquel viento fresco y olor a tierra húmeda entraba por sus fosas nasales, apresar de que estaba solo sentía una gran paz que le reconfortaba. Ésta acabo cuando escucho como como la puerta se abría casi de golpe para dejar ver a un hombre de cabellera blanca, ojos dorados y tes algo bronceada, Jian Yi sintió un escalofrío recorrer su espalda al ver a aquel hombre que reconocía sin hacer siquiera el más mínimo esfuerzo.

-She Li... ¿Dónde estoy? -Solo se limitó a cuestionar con una voz temblorosa y sin apartar la vista del más alto, el cual caminó hasta la cama del rubio y se sentó a su lado. Del pequeño taburete que había abrió el cajón sacando una pequeña píldora y entregándosela al más bajo, quien la tomo y miró dudoso a She Li

-No la tomaré hasta que me digas en dónde estoy y porque me trajiste aquí -Reclamó dejando la pastilla encima del mueble y cruzándose de brazos volteo a la puerta de cristal. El peliblanco solo rodó los ojos y suspiro.

-Estas aquí por qué uno de mis hombre te atacó por error, creía que eras uno de los matones del bando contrario, realmente lo lamento. Estás en mi casa, a decir verdad está un poco lejos de la ciudad como para llevarte a un hospital pero no podía arriesgarme a qué mis enemigos me atraparan. Y a todo esto, ¿Por qué rayos bebiste tanto? ¿Acaso te despidieron,  te fueron infiel o alguna de esas mierdas baratas? -Decia encendiendo un cigarrillo y caminando a las puertas de cristales abriéndolas y mirándolo. Jian Yi no había pensado en un largo rato en Zhang Xi, cosa que cuando hizo solo creo una sonrisa realmente forzada y miró al peliblanco.

-Pero que estupideces dices jajaja ni siquiera trabajo, ¿Cómo seré despedido? -Trato de sonar lo más natural posible soltando una de sus típicas carcajadas, cosa que notó She Li así que interrumpió su cuento y fue directo al grano.

-Tu amigo, Zhan Zheng Xi, ¿Te rechazó o consiguió alguna pareja -Cuando Jian Yi escuchó esto, no pudo contener más el llanto y empezó a llorar sintiendo como toda esa tristeza y soledad reprimida durante los últimos años saliera a flote. Su llanto era realmente desgarrador por lo que She Li se abalanzó sobre el y lo abrazó, sin importarle que tan empapado quedará su pecho por el llanto del rubio.

El peliblanco tenía un secreto y es que desde hace tiempo que Jian Yi había captado su atención y pensó en acercarse a el aquella vez que el rubio lo había empapado con su bebida, pidiendo que lo limpiase con la lengua a lo que el otro se negó y retiró pero de una u otra forma no se le pudo acercar demasiado debido a los problemas que tenía con He Tian y Mo Guan Shan, pero justo ahora  era su oportunidad de conocerlo a fondo y saber si de verdad quería a Jian Yi como alguien conocido o como algo más. Quería comprobar su teoría besándolo pero pensó que sería mejor idea esperar a que el rubio depositase más de su confianza en éste.

Al cabo de unas horas, Jian Yi se quedó dormido y apresar de tener los ojos cerrados se podía notar que había llorado por el pequeño rubor en sus mejillas y ojos levemente hinchados.

-Buenas noches, Yiyi -Lo acomodó y arropó en aquella cama blanda y antes de salir de la habitación depósito un pequeño beso en sus dedos fríos, delgados y realmente blancos.

Cuando salió del cuarto, Jian Yi solo musitó a lo bajo.

-She Li...- Y nuevamente, calló dormido profundamente.

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¡Hola! Nuevamente soy yo, espero les haya gustado este capítulo. Nos vemos mañana. ( ╹▽╹ )/