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Y... Érase una vez, un invierno muy frío de echo uno de los más fríos de esta época, oscurecía rápido, pero tenía manta para taparme y estufa frente la tele, me sentía muy afortunado con tener un techo donde poder refugiarme en los inviernos mas helados que puedan existir.

Siempre mi madre viene para encender la tele a mi hermana y a mí, dormimos en la misma habitación. Es pequeña nuestra casa pero tenemos que aceptar la realidad como es. El siguiente paso después de encender la tele, se dirige hacía nosotros y nos dice lo mucho que nos ama a los dos, después sale por aquella puerta y se mete a la habitación con papá mientras nosotros vemos la tele.

Nos pone dibujos animados hasta dormirnos. Luego entra de nuevo mi madre, nos apagaba la tele, nos da un beso en la frente y se va a dormir.

Yo siempre me quedo despierto, no puedo dormir sin saber si vendrá como a menudo o no. La verdad es que me da mucho miedo papá, siempre le grita, pega e insulta. Mamá nunca se ha merecido nada de eso, al contrario se tendría que merecer todo el amor del mundo. Me da pena por qué puedo sentir esa tristeza y el vacío dentro de ella, llora en silencio y a escondidas. Finalmente un día la descubrí llorando y me quedé a su lado para consolarla y a partir de aquella tarde siempre iba a hacerle compañía mientras lloraba y gemía del dolor de su cuerpo.

¿Que hay de mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora