00 || Tadaima

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Ese último año pasó realmente rápido.

Mitsuya y yo comenzamos a salir a partir de aquella noche, llegando al acuerdo de que iríamos avanzando en nuestra relación sin prisa alguna. Ninguno de los dos había tenido pareja antes y tampoco teníamos experiencias en lo que al amor se refería, así que nos decantamos por la opción más sensata.

Ese verano fue más divertido que ningún otro. Mi amistad con el resto de la Tōman se fortaleció en un abrir y cerrar de ojos. Ellos se convirtieron en una parte importante de mi vida, al igual que Yuzuha y Emma, que pasaron a ser unas buenas amigas.

Todo marchaba bien hasta que, a mitad de octubre, mi única tía cayó enferma. Nuestra familia no era de la ciudad, sino de un pueblo cerca de la frontera de la región de Kanto y, por lo tanto, cuando nos llegó la mala noticia, mi hermana y yo quisimos regresar durante una temporada. Nuestros padres murieron tiempo atrás y solo nos quedaban nuestra tía y nuestra abuela materna, que estaba allí, cuidándola sin ninguna ayuda.

Mitsuya me apoyó en todo tras contarle la delicada situación familiar que me rodeaba.

—Incluso si no podemos vernos por unas semanas, no pasa nada —me aseguró, sonriendo tan amable como siempre—. Cuando vuelvas solo quedarán unos meses para comenzar la preparatoria e iremos juntos, puede que en la misma clase. Es suficiente consuelo mientras no estás.

Sus palabras me ayudaron mucho a marcharme de casa sin demasiado pesar. Saber que hablaríamos por teléfono todos los días y que él estaría esperando mi regreso era más de lo que podría haber pedido en un principio.

Si el día estaba siendo difícil, bastaba un mensaje suyo para levantarme el ánimo.

Ni siquiera podía pensar que estaba sola. La distancia era real, pero Mitsuya no me permitía caer en la idea de que estábamos separados indefinidamente. Aunque la atmósfera en casa de mi tía no fuera la mejor, él tenía la habilidad de consolarme a pesar de no estar conmigo.

Y, ahora que había vuelto a casa, con el inicio de curso, no estaba segura de cómo agradecerle por haber estado ahí en todo momento.

Esa mañana comenzaban las clases y los dos pasábamos a ser alumnos de preparatoria, cada vez más cerca de graduarnos. Solo quedaban tres años por delante para tener que tomar la decisión sobre nuestro futuro. Mitsuya tenía mucho más claro que yo cuál era su vocación y me alegraba por él, pero mis ideas eran un verdadero caos, así que prefería posponer aquella indecisión tanto como fuera posible.

Mi hermana y yo llegamos la noche anterior y apenas habíamos tenido tiempo de adecentar la casa. Ella me dijo, confiada, que podría ocuparse de la mayor parte del trabajo sola. Mi deber era ir a clase; si faltaba el primer día, puede que llamara a la mala suerte.

Debido a que nuestro viaje se pospuso durante más de cuatro meses, no pudimos volver hasta marzo. Mi tía necesitó varias operaciones y una recuperación más lenta de lo que creímos, por lo que llevaba todo ese tiempo alejada de Mitsuya. No pude avisarle de mi precipitado regreso porque mi móvil murió poco después de llegar al tren y estaba tan cansada después de todas las horas en tren que me dormí al segundo de tocar las sábanas.

Por eso mismo, nada más llegar a la puerta del recinto escolar, hice que todos mis sentidos estuvieran alerta. Mitsuya, Pehyan-kun y yo habíamos entrado a la misma escuela, el propio Mitsuya me lo confirmó unas semanas antes. Yo completé mi curso anterior a distancia, con la ayuda de mi tutor, así que no tuve ningún problema a la hora de hacer los exámenes pertinentes que me dejarían elegir la preparatoria que quisiera.

Había tenido mucha suerte, de eso no me cabía ninguna duda, pero ya había pasado la peor parte y lo único en lo que pensaba era en encontrarme con él por fin.

stitch » mitsuya takashi |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora