Después de años de silencio y de esconderse del ojo público, la estrella pop Gigi Wilde decide salir a la luz a contar su verdad respecto a su fama y las relaciones que marcaron su vida, principalmente su relación con el hombre más famoso del mundo;...
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Durante toda la noche de mi cumpleaños diecinueve estuve siendo perseguida por Demian, que intentaba hablar conmigo a solas, pero yo siempre hui a tiempo, o me escondí, agradeciendo que se hubiese rendido después de un rato. Soplé las velas, posé para las fotos de todos, fingí ser muy feliz, mientras él no sonrió en ningún momento.
Al otro día, mientras estaba recuperándome de una resaca terrible, Owen me preguntó:
—¿Ya me dirás lo de Demian?— por un momento mi corazón se detuvo, pensando que se había enterado de lo que había pasado, de mis sentimientos hacia Demian, pero él frunció el ceño y supe de inmediato que hablaba de la disquera.
Sé lo que están pensando de mí, y sé que si yo fuera ustedes, también me tendría animadversión, créanme, no hay nadie que odió más a Giselle Wilde que yo misma, y sé que no es una justificación válida, pero estaba furiosa con todos, quizá más con Owen, pero era más un rencor incurable que una cólera devastadora. La ira que llegué a sentir por el rechazo de Demian sí que fue devastadora, en el fondo quería destruirlo, principalmente por enamorarme y hacerme sentir como un ser humano querido a su lado, pero también porque sabía que con esa información podía construir mi carrera, crear mi álbum y básicamente salvarme la vida. Fue una mezcla terrible, con resultados terribles, que nos costaron años a los dos.
Aún así, si pudiera volver a elegir hoy, elegiría traicionar a Demian, elegiría ser egoísta y sé que él estaría de acuerdo. Quizá esté equivocándome de nuevo, pero lo que pasó después, eso no lo cambiaría por nada, y para llegar a esa felicidad, tendríamos que pasar por este golpe que nos destrozaría.
—Tienes que darme algo a cambio— solté—No lo diré hasta que me asegures que grabarás mi álbum.
—Giselle, te dije desde hace siglos que sí lo voy a grabar, sólo que no es el momento, además, quedamos en que me darías a mi primer hijo y...
—No, me niego, no lo haré. Si no me prometes que grabarás mi álbum este mes, o el siguiente máximo, no diré nada. Lo quiero por escrito, Owen, por escrito— pedí—Estoy harta de que me manipules. No te daré un hijo en este momento. Sólo quiero mi álbum, sólo eso.
