Kisaki muchas veces ha escuchado a las chicas quejarse por lo difícil que es conseguir un delineado perfecto. Sin embargo, hay un detalle que Kisaki no puede pasar por alto, y es que a Hanma, delinearse los ojos se le hace tan fácil como derrotar a...
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Este one-shot participa en la cadena semanal correspondiente al fandom de Tokyo Revengers del Club de Lectura de Fanfiction.
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Miércoles, 9:45 am: fin del primer periodo y cambio de materia. El puente entre una asignatura y otra, también conocido como la tortura diaria de Tetta, había comenzado. Quince minutos de tertulia mañanera sobre temas de lo más banales e irrelevantes protagonizada por tres de sus compañeras de clase, era lo que el chico debía soportar hasta que el profesor correspondiente llegase al aula.
Por mucho que le gustaría evadir el chisme, la posición en la que se encontraba se lo impedía, literalmente. A su izquierda, estaba Maeda; delante de él, Owada; y al lado de Owada, Watanabe. En resumen, rodeado por el trío de cotorras que solo hablaban de maquillaje, revistas, moda, música y romance e ignoraban su presencia como si de un ornamento más del lugar se tratase.
Cada día durante ese semestre, un cuarto de hora de su atención se veía desviada hacia las ruidosas charlas de esas chicas, tanto que, estaba seguro de poder recordar los nombres y tiempo de relación de los ex novios de Maeda mejor que las otras dos. Así mismo, parecía ser único que se había percatado de que a Watanabe en realidad no le gustaban los chicos tantos como decía, y más bien, siempre miraba de Owada de un modo particular.
Todos aquellos detalles no le interesaban ni en lo más mínimo, pero inevitablemente se le habían quedado grabados gracias a su hábito de recopilar información que más tarde podría usar para su beneficio. Dudaba que el "top tendencias de ropa para invierno" del que Owada habló ayer le fuera del todo útil, pero ahí estaba. Para ese punto, solo le quedaba preguntarse cuál sería la orden del día.
—¡Me rindo! ¡Delinearse los ojos es muy difícil!
Ahí tenía su respuesta: maquillaje.
—¿Qué sucede, Watanabe? —preguntó Maeda, apresurándose a recoger el delineador de ojos que la susodicha estaba a punto de soltar tras recargarse con pesar sobre su silla.
—Intento delinearme los ojos, pero no puedo —se quejó—. Estoy harta de fallar y tener que despintarme una y otra vez. ¡Me duelen los párpados!
—No te desanimes, Watanabe —intervino Owada—. Al comienzo no es fácil, pero es cuestión de práctica. Incluso teniendo experiencia, el trazo puede salir mal.
—¡Sí! —le siguió Maeda—. Yo tampoco soy una experta, pero podemos aprovechar el internet y ver algunos tutoriales cuando nos toque computación. ¡Oh! Y también escuché que los delineadores de lápiz son más fáciles de usar que los líquidos. Podríamos probar...
—¿Me ayudarás a practicar, Owada? —consultó Watanabe sonriéndole con dulzura y apoyando sus brazos y rostro sobre su pupitre. Acababa de ignorar por completo los consejos de Maeda—. Tal vez si tú me ayudas sea más fácil.
