Capítulo 1 'Bolos, hermanas y llaves'

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Salgo del instituto y me encuentro con él... mi vecino, un chico alto, guapo y encantador o al menos eso creo, nunca he sido capaz de hablar con él. Mi corazón se acelera y mis mejillas arden, él pasa por mi lado, pero él ni siquiera se fija en mí, siempre está con esa tal Sunny la chica más guapa de la Universidad. Sigo andando y me encuentro con Brite mi mejor amiga.

- ¿Quieres ir al cine hoy?

- No, tengo que estudiar

- Siempre estás igual estudiar, estudiar y estudiar yo no sé cómo no te cansas...

- Vale iré, pero con una condición mañana cuidarás del monstruo

- De acuerdo, pero no llames monstruo a tu hermanita

Seguimos andando hasta llegar en el cruce que nos separamos, de camino a casa me doy cuenta de que no tengo las llaves y me quedo sentada esperando a que mi madre llegue. Después de un rato de espera a lo lejos vi aparecer a Noah. Oh dios mío no me lo puedo creer estaba viniendo hacia mí.

- ¿Estás esperando a alguien?

- No es que me he dejado las llaves

Pero como puedo ser tan tonta de decir-le que me he dejado las llaves va a pensar que soy una chica irresponsable.

-Quieres venir a casa a esperar a tu madre

- ¿Porque dices madre en ese tono?

- Porque no me creo que estés esperando a tu madre

- ¿I a quien crees que estoy esperando?

- ¿No sé alguien especial tal vez?

-No estoy esperando a nadie especial, pero da igual

-Vienes o no

-Si sí, claro

Abría parecido una ansiosa pensé...

Vamos hasta su casa, entramos y parecía el palacio de la reina era gigante, impresionante...

-Mi casa es mejor, tiene más encanto -le dije en tono erónico-

-Sí claro esa chapuza -contestó en tono burlesco-

-Bueno no todos tenemos unos padres tan ricos -dije en plan borde-

Nos dirigimos a la despensa de su cocina y me enseño un armario lleno de bollerías. Después de 20 min intentando decidir de que tipo quería, me decidí. Empezamos a comer, no hablamos mucho supongo por la tensión de que no habíamos hablado nunca cara a cara. Al cabo de un rato mi madre llamó al timbre y fui con ella, al salir me empezó a preguntar cosas como si me gustaba y esas cosas que preguntan las madres a sus hijos. Cuando llegamos a casa vino mi hermana y empezó la tortura, le prometí a mi madre que ayudaría con los deberes a Susie mi hermana, pero es que es el monstruo de la familia, la Cruela de los 100 dálmatas... Me dirijo a su habitación hi me encuentro todos mis CD destrozados y rápidamente llamo a mi madre, mientras pienso ¿Cuantos años cree que tiene? 3

- ¡Mamá!!!!!

-Que cariño

-Susie me ha destrozado los CD

-Susie pide perdón a tu hermana -gritó mama-

-Vale perdón...-Como siempre a regañadientes, contestó-

¡Ah! me olvidaba comentar, también es la niña bonita de mama, siempre se sale con la suya la muy...

Al cabo de un rato ya eran las 8 la hora que había quedado con Brite. Cogí mi bolso y fui hacia el cruce que juntaba nuestras casas, nos encontramos y cogimos el bus, hasta la parada del cine, cuando llegamos ya no quedan entradas para la película que queríamos ver (una de amor que tanto le gusta a Brite), así que decidimos jugar a los bolos aprovechando que quedaba de camino. Cuando pagamos y cogimos los zapatos (que yo tanto odiaba) nos encontramos de repente con Braian el mejor amigo de Noah. Un chico guapo bastante cretino. Tal como suponíamos raramente nos saludaría, o al menos eso creímos al verle. Estaba saludado a su novia Julia, pero como unas idiotas le saludamos creyendo que era a nosotras y nos miró con una cara de esas que pone la gente de asco e incomprensión y de una forma muy extraña disimulamos nosotras. Nos dirigimos a la pista asignada muy avergonzadas y una cara más roja que la bola 8. Brite que nunca había jugado y pese a darle algunos consejos previos lanzó la bola a 3 metros de altura y cuando cayó hizo un ruido tan fuerte que la gente se asustó y nos miraba con tanta intensidad que nos sentíamos intimidadas. Cuando acabamos esas desastrosas partidas con una más que evidente victoria para mí, devolvimos los zapatos y regresamos a casa, antes de perder el último bus. Abrí la puerta y escuché a mi madre y mi hermana, charlando tan tranquilas y comiendo una sopa caliente.

Como no quería ir a decir buenas noches a mi hermana porque todavía estaba de mala leche, me fui a la cama directamente

Luces de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora