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Escribí todo lo que pude recordar de lo estudiado el día anterior en aquel folio. Aspiraba a buena nota porque a pesar de ser despistada, olvidadiza y torpe, tenía una buena habilidad para estudiar grandes contenidos en poco tiempo; esto tenía sus consecuencias. Mi amiga Yaenyoon decía que era como cuando usas el copiar en el ordenador, solo retienes lo acabado de copiar y se te olvida lo anterior...nunca me sentí tan identificada con un software.

—Tiempo, echad los exámenes hacia delante. No olvidéis el nombre y por favor—la profesora me miró fijamente—Que no salga volando por la ventana.

Escuché las risas de mis compañeros mientras yo pasaba mi examen hacia delante. ¿Lo peor de todo? Que hace dos años me pasó eso, el examen de biología voló.

—Faltan cinco minutos, podéis iros ya.

Recreo, por fin. Mi tripa gruñía como era normal a esas horas. Recogí mis cosas y me llevé la mochila en la espalda, temía que me robaran o dejarla olvidada allí al terminar el instituto.

—¿Vienes al comedor?—preguntó Haly agarrando su cartera.

—No, iré a ver a mi hermana—dije sonriendo ampliamente.

Mi hermana era parte de dirección, una secretaria de los dos que había. Se encargaba de las sugerencias de los alumnos en especial y podía confirmar que éramos muy parecidas...pero ella no era un desastre como yo. Nos llevábamos nueve años aproximadamente, siempre nos llevamos bien sorprendentemente. Medía un centímetro más que yo y su cabellera peliroja siempre iba en un moño alto o una cola de caballo; obviamente tenía el pelo más largo que yo. Salía con el jefe del departamento de Economía, un apuesto chico de buen humor y siempre dispuesto a dar clases entretenidas y animadas; por desgracia nunca me había tocado porque jefatura era consciente de mi relación con él y por ello evitaban cualquier tipo de enchufe.

Busqué en mi chaqueta negra la barrita de chocolate que me había traído creyendo que no tendría mucha hambre a esa hora. Toqué con ambas manos los bolsillos de mis pantalones cargo grises con la esperanza de encontrarla ahí...spoiler: no estaba.

Cuando levanté la cabeza con un puchero choqué con la espalda de alguien cayendo de culo al tratar de alejarme y disculparme; tropecé con mi propio pie, nada nuevo.

—¿Estás bien?

Levanté la vista encontrándome con tres miradas de chicos demasiado atractivos para mi gusto, uno de ellos era el famoso Jeon Jungkook que pasó de ser un desconocido a ser alguien que encontraba hasta en la sopa. Mi madre decía que a veces parece que algo o alguien está en todas partes, pero en realidad siempre estuvo ahí pero no le prestabas atención...

—Lo siento—dije sonrojada al ver como los tres extendían la mano para levantarme.

—Yeonjun a tu servicio, linda—el peli-azul sonrió ampliamente moviendo los dedos de su mano.

Agarré la suya y la de Jungkook ya que eran las más cercanas a mí. El otro rodó los ojos con una pequeña sonrisa en el rostro, después susurró algo antes de llevarse la mano al bolsillo de esos vaqueros ajustados.

—¿Tienes prisa?—preguntó Jungkook mirando como me sacudía apresurada la ropa.

—Voy a ver a mi hermana—dije algo incómoda por estar hablando con aquellos chicos.

—Cierto, eres clavadita a la secretaria...

—Yunho, ni siquiera te presentaste—dijo el peli-azul cruzándose de brazos.

Jungkook se apartó del frente dejándome un camino libre para marcharme sin que aquellos dos chicos que discutían se percataran.

—Gracias—susurré antes de salir de allí.

The Mess - Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora