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I.Contacto Visual
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Advertencias: Ninguno de los One-shots/ drabbles del compilatorio pertenecen a una misma línea temporal (no tienen relación alguna), en caso de existir excepciones se marcará con " {•}". Posible Ooc, faltas ortográficas/gramaticales e incoherencia. Lealo bajó su propia consideración.

Esta obra hace referencia a:

"Así me quieres tu"
Autora: Alphabetta
En caso de existir cualquier tipo de queja por lo que he escrito, favor de mandarme mensaje con el fin de evitar malentendidos y en caso de ser necesario, ofrecer una disculpa y/o  la eliminación inmediata de este capítulo ^-^
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         Explosión
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Dicen qué los ojos son la ventana del alma, dónde las emociones son más claras y brillantes qué los rayos del sol por la mañana, donde las frías y sanguinarias palabras no representan nada. Era tan puro y estremecedor como sus explosiones, algo que duraba un solo momento y que sin embargo era capaz de alcanzar y quemar hasta el alma más corrupta, tal vez por eso la gente evitaba ver a los demás, tal vez es por eso que él no le miraba...

Lo había intentado de todas las maneras que su mente de artista le había permitido, obteniendo, para colmo de su paciencia, el mismo deprimente resultado. ¿A qué podría tenerle tanto miedo aquel hombre que jugaba a ser un niño?

Tenía que admitirlo, había deseado poder asfixiarlo el día que lo conoció. Lo detestó, esas estúpidas bromas, ese infantil comportamiento qué no combinaba con la intimidante bata que portaban y sobre todo esa tonta manía por llamarlo "senpai" y seguirlo como sí de un cachorro perdido se tratara.

Y sin embargo había caído como una polilla atraída por la dulzura y amabilidad del que para sus ojos, era el acto más patético y falso qué jamás había visto. ¿Cómo es qué ese bastardo había logrado engañar a 10 criminales de rango S actuando como un subnormal?...
Lo supo el día en que tuvo que ocultar una tierna risa bajo su largo cabello ante una de sus típicas bromas, el día que se sonrojó cuando él azabache lo sorprendió por la espalda con uno de sus asfixiantes abrazos, el día en qué fue particularmente paciente y amable con él luego de escucharlo gritar y sollozar en medio de la noche, incluso las noches qué invirtió en crear su técnica conjunta, quería que supiera que confiaba en él, que realmente lo consideraba su compañero.

Y aún así no lo entendía, ¿Por que aún sí escuchaba el acelerado latido de su corazón al ritmo del suyo no se atrevía a mirarlo?
..
El azabache simplemente huía inseguro cuando los animados y expresivos ojos del rubio trataban de conectar con su aburrida y apagada mirada. Era imposible no tener miedo, miedo de que aquellos ardientes y bellos ojos atravesarán el frío pedazo de madera con la facilidad con la que su ser entero había atravesado su alma para robar cada uno de los latidos del corazón al que dejó de escuchar reír hace tantos años.

No quería que viera la clase de despreciable criatura en la que se convirtió, se negaba a ver la decepción y el odio inundar la pureza de su mirada cuando lo único que pudiese observar en su marcado rostro fuera la soledad y aquel intimidante dojutsu que tanta infelicidad había traído a la vida de ambos.

No quería perderlo, no ahora que los fugaces momentos de felicidad habían vuelto como una constante en su vida a través de la mentira que él mismo había creado, tenía miedo porque ni siquiera él podía controlar un sentimiento tan intenso cómo el carácter del chico con el que soñaba despierto...

Y sin embargo en momentos cómo este, todo se había esfumado dejando lo único qué siempre se quedaría en su alma cómo una pesada cadena, el rastro de culpa y arrepentimiento.

La sucia máscara se encontraba desechada en algún rincón del polvoriento campo de batalla, siendo, junto con las lágrimas que resbalaban hasta su barbilla, la más insignificante de sus preocupaciones.

Su tonto e imprudente senpai  había perdido hasta la última gota de cordura, no, él estúpido niño qué sostenía con fuerza entre sus brazos se la había arrebatado y le había orillado a escoger aquella técnica destructiva qué hace meses le había provocado las más terribles pesadillas. Todo se veía tan irreal y tan inaceptable para su delicado corazón...Las delgadas líneas negras cubriendo en su totalidad la acaramelada piel que ahora se veía enfermiza, la sangre, las heridas en su cuerpo, tal vez todo aquello pudo haberse evitado con una simple mirada.

Le contó todo, por lo menos todo lo que el tiempo y los quejidos amortiguados del Uchiha le permitieron. Nunca se había sentido tan seguro cómo en ese momento, cuando la desesperación lo obligó a soltarlo todo sin siquiera pensarlo y a mirarlo por primera vez.

El onix y el celeste chocaron cómo las furiosas olas del mar, las fugaces e intensas emociones que se desbordaban haciéndolos olvidar por un momento el trágico e irreparable destinó que contaba uno a uno los pocos minutos restantes de su vida.

Ocultó una última vez su rostro en el largo y dorado cabello deseando disfrutar una vez más del frutal aroma.

"Tal vez la próxima vez puedas volver a enamorarte de este idiota"

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Insisto en que no sé qué acabo de escribir

Bombones | TobiDeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora