Capítulo XVI

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Esa mañana fue un tanto ajetreada, estaba lloviendo a cántaros y el grupo de chicos decidió de manera unánime ir al pueblo de Kain para buscar la ayuda del príncipe heredero para encontrar al dragón albino.

Todoroki Shoto, hijo menor de cuatro hijos de la familia real, un joven bastante apuesto (según varias doncellas y chicas del pueblo) con un cabello bastante llamativo, una inusual tonalidad bicolor en blanco y rojo. Sus ojos también se dividían en dos, el izquierdo tenía un color azul aqua casi idéntico al de su excéntrico padre y su ojo derecho denotaba un gris algo opaco idéntico al de su bella madre, se podría decir que era una muy  gráfica y literal representación de sus progenitores. Su carácter y temperamento era otra cosa, era un chico muy reservado y callado, cosa que no le agradaba para nada a su padre quien lo había nombrado públicamente como el próximo heredero a la corona de Kain, pasando por alto a sus dos hermanos mayores. Fuyumi y Natsuo Todoroki eran un tema aparte, el pueblo no solía verlos muy a menudo.

Salieron de Heist muy temprano en la mañana, aproximadamente a las 7:30 u 8:00 por la posición del sol. Guardaron sus cosas en sus morrales y empezaron su camino a Kain, pasaron por el bosque que los guiaría al camino para llegar al reino. No pasó mucho para que encontraran el camino, en el cual se escuchaban ruidos algo lejanos.

Los cuatro chicos se pusieron a buscar de donde provenía el sonido, estaba claro que no era nada que estuviera cerca, era un ruido amortiguado, tal vez unas carretas de comerciantes.

- Midoriya, que es eso?- el chico carmesí logró ver a la distancia unas figuras que parecían acercarse.

Todos se acercaron al camino y a donde se encontraba el chico, las figuras se acercaban muy rápido, dejando ver a los viajeros a unos caballos correr en su dirección. Mientras más se acercaban más se podían distinguir las siluetas sobre los caballos.

- Son caballeros!! Corran, detrás de los árboles!- todos inmediatamente siguieron al peli verde, el cual corría y arrastraba al pelirrojo para alejarlo del camino.

Los cuatro chicos se escondieron tras unos arbustos para esperar a que los caballeros pasaran. Al verlos más de cerca, los cazadores los reconocieron, eran la guardia del príncipe Shoto, era probable que el chico bicolor se encontrara con ellos, pero no podían arriesgarse a que no fuera así y los vieran.

El rubio le hizo una señal al pecoso para que se asomara entre los arbustos, casi podrían decir que la mirada ojiverde se iluminó como si hubiera visto el tesoro más valioso de la tierra. El príncipe bicolor estaba en medio de la guardia, parecía que iban a parar, tal vez a buscar provisiones, esa sería su oportunidad para hablar con él. El problema era separarlo de sus escoltas personales; Iida Tenya y Momo Yaoyorozu, los que se decía que eran los mejores caballeros de la guardia, es por eso que tenían la tarea más importante.

Los cazadores se separaron casi inmediatamente dejando a la hechicera y al dragón solos y algo desorientados, ellos intuyendo lo que iban a hacer, se escondieron mejor en el follaje de los arbustos.

La guardia estaba escoltando al príncipe de vuelta a Kain. Venía del reino vecino, Aenor, el rey lo había mandado a hacer una alianza de paz con el reino que más poder mágico tenía, sus hechiceros y elfos le habían dado al rey Jiro un poder comparable al poder militar del rey Endeavor. Así que al terminar, su guardia lo traía de regreso a Kain, lo extraño era que el príncipe sentía una presencia conocida, algo antigua, pero no podía ver a nadie, se encontraban en un camino rodeado de bosque.

Le ordenó a sus caballeros detenerse para alimentar a los caballos, todos bajaron y el se adentró un poco en el bosque, no salía mucho del palacio, mucho menos del reino, así que no le haría mal dar una vuelta por el bosque. Claro que no podría tener un momento solo.

- Joven príncipe, no debe alejarse mucho, podría perderse - Iida era el que solía preocuparse más cada vez que el chico bicolor se alejaba.

- Relájate Iida, no estoy tan lejos, además ambos vienen detrás de mí.

- Tan observador como siempre su majestad - Yaoyorozu venía escondida detrás de unos árboles.

- Quieren dejar la formalidad para mi padre por favor, saben que pueden llamarme Shoto.

- Claro. Pero aún no nos has dicho a donde vas - El caballero de cabello azul era demasiado minucioso con lo que hacía el príncipe.

- Creo que hay alguien aquí, puedo sentir la presencia de alguien pero no sé quien es.

Los caballeros siguieron al bicolor unos metros hasta que este paró de golpe. Iida iba a preguntar que sucedía pero por la cara que tenía el príncipe supo que había encontrado algo o a alguien.

- Alguien nos ha estado siguiendo.

En el momento en que dijo eso, una espada se posicionó en el cuello del caballero peli azul y otra en el de la azabache.

- Nada mal mitad y mitad, sigues recordando al jodido nerd.

- Bakugo?- el bicolor estaba algo sorprendido, no creyó que la presencia fuera de aquel agresivo cazador, pero al recordar lo último mencionado por este entendió que no era de él el aura que sentía - Espera, Midoriya está...

- Sí, estoy aquí.

Al darse la vuelta, el príncipe no supo distinguir cual de los dos estaba más sorprendido, el ojiverde parecía querer saltar de emoción al poder ver de nuevo al chico que por tanto tiempo había querido ver y el bicolor, bueno él en verdad no sabía exactamente que sentir, había creído muerto a ese pecoso por al menos 4 años y verlo de nuevo ahí, parado frente a él con una mano extendida hacía él, eso realmente había sido una muy grata sorpresa.

- Puedo hablar contigo un momento?- el peli verde le extendía la mano al bicolor para que lo siguiera, pero en vez de eso, el bicolor la tomó para besarla.

- Siempre.

- Quieren dejar eso para después, tenemos prisa - claro que el rubio no era alguien al que le gustara hacer o ver ese tipo  de cosas.

- Bien, ahora volvemos Kacchan - el pecoso se llevó al bicolor detrás de unos árboles.

- Pero, príncipe!!

- Descuiden, ahora vuelvo y más les vale no avisar a nadie de esto - la mirada del príncipe era auténticamente  una advertencia.

- Sí su majestad - ambos caballeros se inclinaron hacía adelante ligeramente, evitando que las espadas en manos del rubio cazador se enterraran en sus cuellos.

El peli verde se llevó al príncipe bicolor hacía un claro en medio de los árboles para poder hablar tranquilamente. Pasaron algunos segundos en silencio, ninguno de los dos sabía exactamente que decir, habían pasado muchas cosas en los años que no se vieron. Pero el bicolor sabía lo que quería hacer. Antes de que el pecoso pudiera empezar a explicar todo lo que quería decirle a Shoto, este atrapó sus labios en un beso tan dulce que no pudo oponerse, ese beso explicó a la perfección todo lo que querían decir. Todo el cariño que se tenían y que no habían podido expresar años atrás, lo mucho que se habían extrañado a lo largo de ese tiempo y algo más.

- No voy a volver a alejarme de ti, oíste?- el príncipe se oía muy decidido a mantenerse al lado del pequeño cazador.

- Ninguno podría aunque quisiera, pero que pensaría tu padre o el consejo si se entera - el pecoso sabía lo que podría ocurrir, ya lo habían vivido y no era para nada lindo.

- No me importa lo que piense el viejo ni nadie más, me importas tú y el que estés aquí lo veo como una oportunidad más para estar contigo y eso es algo que no pienso desperdiciar.

Ante eso, el pecoso solo pudo sonreír feliz y abrazar al chico delante de él. 

"El chico del que se había enamorado años atrás"

Fuego Blanco - °BAKUSHIMA°KIRIBAKU°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora