Nuevamente Kakashi.

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«— Me han traicionado y herido. Luego, cuando encuentro consuelo en algo, me recompongo. Pero finalmente vuelvo a hundirme en la desesperación. A pesar de eso, todavía trato de encontrar esperanza. Todo el mundo vive así. Estoy seguro de que todos sentimos lo mismo. »

-o-

Cuando decidió que ya la había hecho esperar demasiado, Kakashi arribo a la torre Hokage donde Raidou esperaba fuera de la oficina de Tsunade. Él le recibió como siempre, pero Kakashi se sorprendió cuando puso en sus manos un folio blanco con la letra desastrosa de Ibiki que decía: DIBUJATE.

El estúpido examen del dibujo que Kakashi tuvo que hacer días antes.

Y cuando lanzó el anzuelo, esperando que Raidou y su amistad hacia él hicieran efecto, este respondió que no era su problema.

Kakashi miró el reloj, la oficina extrañamente calmada, probablemente porque Tsunade no estaba de humor desde aquella escena hace días con el consejo, pero el aire estaba tenso y Kakashi sentía que todos sabían que era su culpa.

Y lo era.

La prueba de ello eran las repetitivas pruebas psicológicas que Ibiki había insistido en hacer a sus camaradas, y como siempre el equipo Lobo demostrando lo poco cuerdos que estaban solo era agregarle más leña al humor de la Hokage.

Sonrió ante ese pensamiento. La verdad es que le importaba un pepino quienes se enojaran o no. Kakashi estaba enojado y a nadie le importaba, a él tampoco le importaría entonces lo sensibles u ofendidos que estarían en la administración de Konoha.

Cálmate.

Trató de hacer el dibujo más acercado al que había hecho antes, aunque no recordara muy bien nada de lo que había hecho o respondido al interrogatorio siguiente al dibujo.

A la espera de Tsunade también había otra mujer. Él nunca la había visto, por lo que sus sentidos le decían que era una simple civil, y no era extraño que los civiles visitaran a la Hokage, pero eran contados aquellos que parecían haber sido citados personalmente.

Ella se quejaba con Raidou, aparentemente tenía un rato esperando ahí.

—Vamos, Raidou, solo confirma su reunión, no te cuesta nada—se sintió un poco mal por ella.

Pero entonces Ino salió de la oficina de Tsunade y luego fue el turno de Kakashi. Los pensamientos acerca de aquella mujer y su espera quedaron atrás una vez que Tsunade sostuvo en sus manos el informe.

Mierda.

—Parece que todo está bien acá, Kakashi—dijo poco convencida—Me pregunto cómo convenciste a Ino para mentir por ti.

Kakashi se guardó su sorpresa para después.

—Aún tengo mis encantos.

Ella asintió con la vista pegada en el papeleo.

—Te preguntarás como lo sé. Es que te conozco, te envié a esa misión completamente consciente de lo que harías.

—Tu no me conoces, Tsunade sama—se arrepintió de sus palabras al momento en que abrió la boca.

Ella bajó el informe y suspiró pesadamente. A su izquierda tenía ambos dibujos y el peliplata tuvo el presentimiento de que tal vez ninguno de esos dibujos debería estar en su mano.

—Claro que lo hago. Yo controlé el embarazo de tu madre, la ayude a traerte a este mundo, cuide de ti cuando tu padre murió y te he visto convertirte en adolescente, ninja y maestro. Yo te conozco. Y sé que me odias.

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