Un Poco De Terror Antes De Dormir

Cuando las luces se apagan.

—¿Qué pasa cuando las luces se apagan mamá?—Preguntó Billy estando acobijado y listo para ir a dormir.

—Si crees que hay monstruos cuando las luces se apagan estas muy equivocado cariño, simplemente no pasa nada fuera de lo común.—Responde su madre que ya está acostumbrada a esta clase de preguntas. 

—Pero Marcus dice que hay monstruos en el armario que salen cuando las luces se apagan y los niños no se duermen rápido.— Marcus es el mejor amigo de Billy, cosa que es muy lamentable para su madre ya que siempre le anda metiendo ideas en la cabeza que luego tiene que lidiar en tener que explicar que tales cosas o no existen o son chorradas de niños como dice papá.

—Son chorradas de su imaginación cariño, los monstruos no exis...

—Ayer vi una mano abrir el closet, tuve que esconderme bajo las chamarras para simular que estaba dormido y así poder confundir a la bestia.

—Haremos algo, apagare las luces y esperaremos unos segundos para que veas que realmente no pasa nada ¿te parece?

Billy guardo silencio así que mamá procedió a apagar las luces y aunque a ella también le disgustaba la sensación de tener las luces apagadas tenia que demostrarle valentía a su propio hijo.

—¿Ves? no pasa nada.—Acto seguido abrió las puertas del closet para que Billy viera que no había nada dentro del closet.—Y tampoco hay nada aquí dentro, todo esta en tu imaginación querido. 

Pero no era del todo cierto, a la par de mamá había una silueta negra que poco a poco iba levantando su mano para poder llevársela mas haya de las profundidades de la oscuridad, Billy sin poder decir nada y paralizado por el miedo solo se le quedo viendo. Cuando la mano estuvo a punto de tocar el hombro de mamá, esta prendió la luz y la silueta desapareció de inmediato. 
Durante un breve momento mamá sintió un escalofrió en todo el cuerpo que trato de ocultar para que Billy no viera que ella también le tenía miedo a la oscuridad y a los secretos que en ella se encuentran, esto sucedió justo en el momento en que ella abrió las puertas del closet, el escalofrió iba en aumento mientras que los segundos pasaban.
En un momento determinado ya no pudo mas y encendió las luces, esto para no gritar de horror y salir corriendo del cuarto. Tomo aire y se tranquilizo. 

—Ves cariño, no hay nada que temer.—Billy no respondió pues seguía paralizado de ver que casi se llevan a su mama a lo profundo del closet.—Bueno cariño descansa y sueña bonito, nos vemos mañana.
Billy quería decirle que no se fuera y que se quedara con el a dormir como cuando era mas pequeño, sin embargo no pudo expresar ninguna palabra por el miedo que le invadía y cuando mamá apago las luces lo primero que hizo fue meterse dentro de sus chamarras para que la silueta no se lo llevara a él también. 

Mamá es esta clase de personas que mientras el tiempo pasa se le es más difícil conciliar el sueño y poder dormir hasta el amanecer, se estaba dirigiendo al baño donde guarda sus pastillas para el sueño pero a medio camino se detuvo y decidió no tomárselas. 
Llegó a su recamara y se acostó en su cama matrimonial junto a su esposo. 

—¿Te tomaste las pastillas amor? 

—Si.—Miente ella ya que no tiene ganas de darle una explicación porque se siente muy cansada y quiere aprovechar ese sentimiento para conciliar el sueño. 

—Descansa entonces amor... Volviste a entrar en la habitación del niño ¿Verdad?

—Si...

—¿No te ha quedado claro aun? yo me lo lleve junto a tu esposo y a todo lo que mas querías en este mundo.

—Déjame en paz.—Empieza a gritar la mamá mientras enfermeros entrar para darle los tranquilizantes que la hacen dormir y también para que ella no se haga daño. Ella trato de decirle a la corte que un ser en la oscuridad fue el que mato a toda su familia esa noche en la que ella trato de decirle a su hijo que no tenia por que temerle a la oscuridad, mas sin embargo la corte junto a la familia de ella decidieron que se la llevaran al manicomio ya que había quedado trastornada por los fatídicos hechos que había presenciado y así poder salvarla de la pena de muerte que le habían dictaminado.