Aquel 24 de diciembre, el clima era hermoso, los copos de nieve salían a relucir las calles de Japón, había mucha gente en las calles comprando regalos y paseando, el ambiente era agradable y cálido, pero para el héroe Deku no era tan agradable, corría lo más rápido que podía, la fría nieve hacia que sus músculos se tensaran haciendo sus movimientos más lentos y sus pies se hundían por la misma que había en el pavimento, su traje estaba ligeramente empapado, el gentío entre las calles hacia que el camino fuera más difícil eh ir saltando entre los techos era su mejor opción en esta situación.
- Maldición - utilizaba su don para poder llega a tiempo, rogaba por no llegar tarde y poder hacer algo.
El trayecto lo sintió como un infierno, sentía que iba muy lento, a pesar de que iba lo más rápido posible. . . Pero tenía que llegar a casa.
Al llegar al edificio, corrió por las escaleras hasta llegar a su departamento, abrió la puerta y vio las luces apagadas, recorrió todas las habitaciones, esperando escucharlos, no había nadie más que él, ni el gato malhumorado que siempre lo recibía en la puerta para que lo alimentará a pesar de haber comido unos minutos antes. En la recámara solo estaba su ropa, las cosas de esposa y de su hijo ya no estaban por ninguna parte, Midoriya se sentó en la esquina de la cama, cansado, dolido y con los ojos llenos de lágrimas leyendo otra vez aquel mensaje.
"Ya no puedo seguir así Deku, nos iremos de casa y no volveremos más, lo siento"
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= 10 años atrás =
- ¡Deja de verlo! - Bakugo le proporciono un buen golpe en la cabeza a Lilith que estaba embobada viendo a un solecito verde -. Se un poco más discreta. . .
- ¡Lo siento! - la más baja se acaricio la parte donde recibió el golpe, intentando disminuir el dolor -. Pero me es difícil verlo y no perderme en su lindo rostro. . .
Bakugo solo chasqueo la boca y se fue junto con Kirishima, Lilith aún con el golpe no dejaba de apartar su mirada del peli verde, pero ¿Quién no se perdería ante aquellos ojos verdes?, esa personalidad torpe y dulce, valiente y astuto, que irradiaba esperanza a todos a su alrededor. Lilith lo amaba desde que lo vio, sus torpes actos y su extraño susurrar cuando analizaba las cosas la hizo fijar su interés en él, terminando enamorada de una pelusita verde. Bakugo lo sabía perfectamente y cada vez que ella se veía muy obvia le daba un leve golpe para que Midoriya no se diera cuenta (por petición de la chica), y es que temía que la rechazara, que le dijera un "lo siento pero me gusta alguien más", perderían esa linda amistad que creo con él y no lo soportaría.
