Duelo de mafias - Chaesoo - Jenlisa g!p

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Antes de subir a la camioneta, el celular de Jisoo comenzó a sonar, se alejó un poco de las dos chicas para contestar.

- Hola mi amor. - Dijo Seulgi

- Hola Seulgi. - Saludó. - ¿Sucede algo?

- Necesito que vengas a ayudarme con un par de cosas, es sobre nuestra boda

- ¿Ahora mismo?

- Sí, es importante por favor, no me dejes sola

- Esta bien, voy para allá

- Gracias mi vida, te amo, te espero aquí. - Colgó

- ¿Sucede algo Jisoo? - Preguntó Rosé

- La comida se tendrá que posponer para el día de mañana, lo que pasa es que tengo algunos asuntos pendientes que resolver. - Explicó

- Esta bien Jisoo, no te preocupes, nos vemos mañana. - Dijo Rosé sonriendo

Jisoo se despidió de las dos, subió a su camioneta y se fue de ahí.

- Es muy linda tu amiga Rosé. - Comentó Hyeri

- Ella es la chica de la que te hablé. - Hyeri hizo mala cara. - ¿Pasa algo?

- A ver Rosie no puedo negar que tu amiga esta muy guapa y todo eso, pero...- Rosé la interrumpió

- Pero nada Hyeri, es que Jisoo es una excelente mujer, tiene un gran corazón, en pocas palabras, me he enamorado de ella, Jisoo es todo lo que necesito para estar bien. - Confesó sus sentimientos a su mejor amiga

- ¿Y la venganza? - Preguntó. - ¿Acaso ya te olvidaste de la promesa que le hiciste a tus padres?

- Venir aquí me ha hecho cambiar, hablar con Jisoo muchísimo más, sus palabras me hacen sentir bien, no quiero saber nada más acerca de eso

- Yo no pienso lo mismo, si estuviera en tu lugar seguiría investigando quienes fueron los culpables de la muerte de mis padres

- Hyeri, si todo sale bien con Jisoo, si seguimos saliendo, hablando y me corresponde de la misma manera, voy a rehacer mi vida con ella, estoy segura de que eso es lo que más quieren mis padres, mi felicidad

- Esta bien, como quieras. - Lanzó una sonrisa llena de hipocresía, pues ya tenía en su mira a Kim Jisoo, y si tenía que competir con su mejor amiga por esa mujer, lo haría sin dudarlo

Más tarde

- Estoy tan emocionada por nuestra boda mi amor. - Dijo Seulgi abrazando a su prometida

- La comida que eligieron para dar en su boda estaba deliciosa. - Habló Jennie. - Gracias por invitarme a acompañarlas para ayudarlas a elegir

- No es nada cuñada. - Sonrió. - Me tengo que ir, te veo después mi amor

- Nos vemos Seulgi. - Dejó un corto beso en sus labios y después Seulgi salio de su casa

- ¿Estás bien? - Le preguntó su hermana. - No te veo muy emocionada por la boda, hace un par de semanas lo estabas, pero ya no

- No pasa nada Jenn. - Mintió. - Solo que no puedo creer que pronto me voy a casar, me voy a ir de aquí, lejos de ti y de nuestro padre

- Eso no importa Chu, lo que si importa es tu felicidad

- Gracias Jenn

- Voy a salir, me tengo que bañar y arreglar, te veo más tarde

- ¿A dónde vas? - Preguntó Jisoo. - Pensé que tu y Jongin habían terminado

- Así es, ya terminamos, por eso quiero salir a divertirme, yo sola

- ¿Sola Jenn? - Preguntó sonriendo. - ¿Hay alguien más verdad?

- El día que llegaste de Incheon, Jongin y yo fuimos a un bar, comenzamos a discutir, el se puso muy agresivo conmigo. - Explicaba

- Es un estúpido ¿Te lastimó? - Preguntó. - Porque te juro que si lo hizo, yo misma voy a darle una lección a ese patán

- No me hizo nada, todo gracias a una mujer que llegó y le puso un alto

- ¿Una mujer? ¿Cómo se llama? ¿Sabes algo de ella?

- En otra ocasión te cuento todo hermanita, se me hace tarde y quiero estar ahí para conquistarla. - Sonrió pícara

- No puedes dejarme así Jennie, ven acá y cuéntame todo

- En otra ocasión, adiós Jisoo. - Se marchó de ahí dejando con un sin fin de preguntas a su hermana mayor

Ya mas tarde, por la noche, Jennie llegaba a aquel bar donde había conocido a Lalisa Manoban. Había quedado flechada por aquella mujer, necesitaba volver a verla. Solo esperaba que esta noche si estuviera ahí, pues Jennie había venido ya desde hace semanas y no la encontraba. Algo dentro de ella le decía que esta noche sería la indicada.

Justo como lo había dicho, aquella rubia entraba al bar. Se sentía nerviosa, pero necesitaba acercarse a ella, así que se armó de valor y en cuento Lisa se sentó en una de las mesas, fue hacia ella para hablar.

- Hola Lisa. - Saludó a la rubia. - ¿Te acuerdas de mi? - Preguntó

- Sí, claro que te recuerdo a ti y a el patán que tienes como novio. - Respondió

- Ya no es mi novio, desde ese día terminé con él

- Pues que bueno

- Te invito un trago. - Se atrevió Jennie a decir

- Mejor yo te invito a ti. - Dijo Lisa sonriendo. - Ven siéntate. - Jennie hizo caso y se sentó a su lado. - ¿Qué haces aquí sola gatita? - Preguntó

- La verdad es que tenia ganas de verte. - Confesó. - He estado viniendo todos los días pero no te encontraba

- Tuve que salir de la ciudad, pero ya me tienes aquí ¿para qué me necesitas? - Preguntó con una sonrisa

- Solo quería agradecerte por defenderme de mi ex novio

- Es un estúpido, que bueno que lo dejaste, sinceramente no merece a una chica tan linda como tú

- ¿Crees que soy linda?

- Claro que sí. - Respondió. - Por cierto, tu ya sabes mi nombre, pero yo no se el tuyo

- Me llamo Jennie Kim. - Extendió su mano. - Mucho gusto Lisa

- Es un placer Jennie. - Lisa tomó su mano y dejó un beso. - ¿Por qué tenias esa urgencia por verme?

- Como ya te dije, solo agradecerte

- Bueno entonces si eso es todo, me gustaría seguir disfrutando de esta noche. - Lisa le hizo una señal a una mujer, la cual caminó hacia ella y se sentó en sus piernas. - No fue nada Jennie, lo haría por cualquier mujer

No sabía porque, pero sentía celos al ver a aquella mujer sobre Lisa. No le quedó de otra más que irse de la mesa donde se encontraba Lisa.

- Tengo que hacer algo para que Lisa se fije en mi. - Se decía a si misma

Mas tarde observó que Lisa salía del bar acompañada de aquella mujer. Tenía que hacer algo, así que fue nuevamente hacia ella para hablar.

- Lisa espera. - La detuvo

- Espérame en la camioneta. - Ordenó a aquella mujer. - ¿Ahora qué se te ofrece Jennie?

- Déjame pasar esta noche contigo, no te vas a arrepentir. - Dijo de pronto, no quería verse una mujer tan fácil y necesitada, pero en este caso lo ameritaba

- ¿Cuántos años tienes? - Preguntó

- Veintidós. - Respondió

- Tengo veintiséis, eres una niña para mi, lo que yo necesito es a una mujer como la que está dentro de mi camioneta. - Dijo firme la rubia

- Solo dame una oportunidad. - Insistía la castaña

- Será en otra ocasión gatita, nos vemos después