Un caso de trabajo

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POV VALENTINA

¿De qué están hechas las lágrimas? Después de horas de acostarme mirando al techo y dejar que este líquido salado se escurra libremente de mis ojos, he llegado a la conclusión de que están hechas de micro piezas de dolor que consideramos incurables. Por eso duelen tanto cuando se van, porque toman parte de nuestra alma en cada gota que se forma. Escurrian sin piedad y entraban en mis oídos, dejándome sorda al insoportable silencio que hacía en mi habitación, ahora vacía, sin esa presencia que antes la llenaba. 

No podía entender cómo ese perfecto día dio origen a la peor despedida de mi vida. Perdí a mi padre, sufrí y sigo sufriendo hoy. Pero él nunca me entendió, nunca había sentido una conexión tan completa y fuerte con nadie como la sentía con Juliana. Y esa conexión ahora me causaba dolor, porque a la primera oportunidad de traer aquí a Juliana lo eche a perder.

Quizás para ella no era tan fuerte e indiscutible como lo fue para mí, ya que durante su historia de vida acercarse a la gente no parecía haber sido un problema. Y así me encontraba a mí misma, repensando todo lo que había pasado y habíamos dicho.

Se despidió de mí y cerró la puerta de un portazo. La vi romperse frente a mí. Algo la hizo olvidar lo vivido y le atravesó el alma. Lo vi en ella, lo sentí, pero ella no me dio la oportunidad de demostrarle que yo la protegería. Pero, ¿de qué la protegería? Antes de pasar este día juntas podría haberle jurado prácticamente todo, ¿pero ahora? Me enfrentaría a lo que fuera necesario para mantener ese sentimiento palpitante, pero desafortunadamente tenía una corazonada de lo que me esperaba. Ese sobre solo podría tener que ver con una historia, con un cliente, y obtendría pruebas de ello más rápido de lo que pensaba.

Llegó el lunes, después de dos noches de insomnio, innumerables llamadas sin respuesta y mensajes sin leer de Juliana. Estaba a punto de desmayarme de agotamiento cuando mi asistente llamó a la puerta y entró.

- Señorita Carvajal, ¿necesita algo? No parece que este muy bien.

- Gracias por recordarme que me veo horrible, John. Traeme café, puro y un medicamento para el dolor de cabeza, porque me está matando. - Me dio la espalda y estaba a punto de salir de la habitación cuando lo llamé - John, ¿pudiste analizar esas fotos que te di?

- Al parecer, las fotos del incendio fueron reveladas de algún rollo, mientras que las otras dos son recientes, pero digitales. En cuanto al nombre de la mujer de una de las fotos, sigo buscando. No encontré nada relacionado con esta Juliana Valdés en el sistema, pero seguimos preguntando a la policía si hay alguien que coincida con la descripción y la historia que usted dijo.

- Gracias, John.

- Señorita, ¿puedo hacer una observación?

- Sí, John.

- Llevo un tiempo aquí y nunca la había visto tan reacia a defender a nadie. ¿No debería salirse de este caso?

- Si fuera tan fácil, John ... - Me volví para sentarme en mi escritorio. Lo dejé salir sin decir nada más. ¿Juliana me había dado un nombre falso? ¿Por qué me dejarían estas fotos? ¿Qué querían que hiciera? Necesitaba respuestas mientras continuaba con mis estudios sobre cómo iba a salvar el pellejo del maldito Sr. García. Sabía que Juliana no quería hablar conmigo, ya estaba claro, pero no me rendiría en demostrarle que estaba de su lado y que cualquier cosa que se cruzara en nuestro camino, la enfrentaría. ¿Quién lo hubiera pensado, eh Valentina? Frente a monstruos y terremotos por una mujer, una morena, con una sonrisa perfecta. ¿En qué me había convertido? Pasar de la chica a la que no le gusta que la toquen, a la que quería abrazar y proteger a la persona de la que me estaba enamorando. ¿Hola? ¿Vamos a admitir que estamos enamoradas? Bien. Demos un paso adelante. Ahora me falta convencer a esa morena de esto.

Tu Toque I Juliantina I TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora