Parte única

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Los Potter y los merodeadores se encontraban en la casa de la familia Weasley como todos los domingos, ahí también se encontraban los amigos de los chicos que eran tanto de Slytherin como Ravenclaw.

Los jóvenes se encontraban jugando un partido de Quidditch, hasta que Molly y Lily los llamaron para el almuerzo. Las charlas en la mesa eran amenas, ya que comían en medio de bromas y anécdotas que cada uno tuvo a lo largo de la semana.

En medio de una de las conversaciones a Harry se le acaba la ensalada e instintivamente y sin prestar mucha atención a sus palabras, por estar atento a lo que Hermione le estaba contando, dice:

- Papi, me pasas la ensalada

A James se le hizo raro porque desde hace muchos años Harry dejó de llamarlo así, aunque se encogió de hombros y lo dejo pasar, pero cuando estaba a punto de estirar el brazo para pasarle la ensalada, Draco la tomó, sin percatarse por hablar con los gemelos.

- Claro cariño, toma

- Gracias amor

En eso cuando Harry estaba a punto de servirse la ensalada se formó un silencio sepulcral en toda la mesa, así que Harry alzó la mirada para ver que era lo que estaba pasando y se encontró con la mirada de Draco, que lo observaba con los ojos abiertos y con las mejillas coloradas.

- ¡Nosotros ...! – dijo George.

- ¡Teníamos ...! – continuó Fred.

- ¡Razón! – dijeron a la par – nos deben 20 galeones todos ustedes – les dijeron a los chicos, mientras James estaba en shock y los otros dos estaban avergonzados.

- Yo no – dijeron Ron y Blaise a la par, así que ahora las miradas incrédulas fueron dirigidas hacia ellos.

- ¿Qué? – cuestionó Ron – no me miren así, que ustedes no fueron los que los vieron teniendo sexo en el dormitorio de Gryffindor – declaró mientras seguía comiendo.

- ¡Ronald Weasley!

- Yo si los vi, pero en el baño de prefectos ... debo decir que le dan buen uso a esa bañera ... - corroboró Blaise.

- ¡Basta los dos! ¡Esas cosas no se dicen en la mesa, mucho menos frente a los padres de Harry! - gritó Molly.

- Y-yo ... ¿papá ...? – dijo Harry dudoso y con los ojos llorosos.

- Espera, porque ahora tengo que preguntar para evitar equivocaciones ¿me estás hablando a mí o al mini Malfoy? – dijo James sarcástico y con la mirada seria.

- ¡James! – gritó su esposa.

- ¡Señor! – reclamó Draco.

- ¡Cornamenta! – bufó Sirius – ¿Qué demonios te pasa? Le estás hablando a tu hijo ¡Cálmate!

- ¿Qué? – preguntó desconcertado James, luego miró a su hijo y lo vio con lágrimas en la mejilla, cosa que lo hizo reaccionar – yo-yo no ... solo

Pero Harry ya no lo escuchó más, debido a que se fue corriendo de la mesa. En eso Draco también se levantó y miró fijamente a James.

- Harry creía que usted lo iba a apoyar, ya que la señora Lily, Sirius y el profesor Remus así lo dijeron, pero veo que se equivocaron – mirando a los demás agregó – con su permiso.

Sin más salió detrás de Harry, tratando de ver por donde se había ido. Mientras que en la mesa todos veían a James de manera acusatoria y los gemelos cobraban sus apuestas.

MalentendidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora