3 1 0
                                    

En la calle larga y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
y me levanto y piso con pies ciegos,
las piedras mudas y las hojas secas
y alguien detrás de mí también las pisa.

Si me detengo, se detiene.
Si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está oscuro y sin salida,
y doy vuelta y vueltas en esquinas
que dan siempre a la calle
donde nadie me espera ni me sigue,
donde yo sigo a un hombre que tropieza
y se levanta y dice al verme: nadie.

~Octavio Paz.


La esperanza, la tranquilidad, la paz e incluso la confianza, eran sentimientos rotos, perdidos e inalcanzables. Algo que ya nadie albergaba debido a su precaria situación. Vivían en un mundo claro, lindo y blanco, donde nadie podía guardar maldad o tener ocultas y oscuras intenciones, todo era perfecto. Con sonrisas enormes y postura recta cual pared, los habitantes eran felices… O eso creía el resto.

Haber desarrollado tantos complejos, imponer hábitos y crear nuevas tendencias, hacía de aquél lugar algo hermoso, algo increíble e incluso fue llamado El mundo del mañana. No existía la delincuencia así que no era necesario seguir manteniendo cárceles activas. La política era extraña, ya no había nadie en contra de los mandatarios, era el único orden habido y por haber, y no porque nadie estuviese en contra, sólo que nadie se atrevía a revelar si quiera su opinión al respecto.

Aquellos hombres a cargo del nuevo y único orden, no escuchaban, no seguían las necesidades de sus adeptos y muchos menos aceptaban la insurgencia. Por una razón ya no habían reclusos ni nadie que se atreviera a tomar lo ajeno, aquello se pagaba con la muerte. Eran aquellos que no tenían rostro, ni cuerpo y mucho menos un corazón. Nadie los conocía pero todos sabían que ahí estaban y debían tener mucho cuidado.

Desgastado mundo en el que se encontraba Jungkook, temeroso de su mañana y arrepentido de su pasado, y sin necesitar un presente, aunque seguía en pie. Temerle a las sombras, en un mundo tan pulcro y diáfano, era toda una ventaja, no había lugar sin iluminación y limpieza que le abriera paso a sus miedos, sin embargo, en las noches de soledad, en su pequeño hogar, el pequeño Jungkook lloraba, con tanto miedo y tristeza,no quería ser llevado por las oscuras criaturas a las cuales todos estaban atados.

Jungkook podía ver cosas, que los adultos no y siendo un pequeño con un desmedido miedo a esas criaturas que sólo el veía, terminó dentro de una clínica mental. Siendo apartado de todo y todos, evitando así que creciera dentro de una sociedad a la cual podría dañar con su enfermedad. Aquel lugar era frío, solo y con un silencio abrumador, tan imponente que hacía pitar los tímpanos de Jungkook al no recibir sonido alguno. Y aunque le gustara aquellos enormes cubos de goma suave en sus manos, sabía que era para evitar hacerse daño.

Que una persona loca, diga que no está loca, eso era un claro estigma de locura, y cuando alguien más llamaba loco, a una persona con locura; era mejor apartarse e ignorar las consecuencias. La estadía de Jungkook en su nuevo hogar, sería para siempre, ahora era su hogar. El miedo a las sombras que el niño padecía, se decía no era normal, tanto fue aquél repentino ataque que terminó dentro de la clínica y es que nadie lo entendía, Jungkook sólo intentaba salvarlo de las oscuras criaturas.

Ahora, sentado en su cama en posición de loto, meditando y concentrado en su respiración, Jungkook seguía imaginando una vida fuera de aquél lugar, con sus padres, hermano y amigos… y él, esperando haberlo salvado y no haber sido recluido en vano.

Aquellas enormes y horribles criaturas, no eras más que oscuridad, ocultas en cualquier esquina o reducido espacio, esperando a su siguiente víctima para dejarle sin vida. Eran como un microondas, o eso creía Jungkook, siendo criaturas que te roban el alma y te secaban como una pasa. Decenas de cadáveres se encontraban en el bosque, aquellos desaparecidos y nuevamente encontrados. Las criaturas de la oscuridad, se encargaban de dejarlos sin almas y abandonarlos lo más alejados de lo que fue su hogar, privándoles así de un funeral decente y con razones lo hacían, puesto que ya no poseían alma alguna a la cual rendir y pedir descanso.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 31 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

SKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora