capitulo 1 | Azares del destino

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Mi historia al contarla parecería un cuento de hadas dependiendo de a quién le preguntes, un joven lleno que nunca conoció el hambre o algunos males de la vida, eso te dirían mis amigos. Un joven trabajador que se esfuerza día con día para mantener un estatus que se atreve a darte la mano o pisotearte si lo necesitas, te dirían mis compañeros de trabajo... ¿Pero que te diría yo?

Yo diría que soy un don nadie que vive con sus padres por que no ha podido superar la perdida de su ex pareja con quien me había casado y estaba próximo a tener una familia pues ella estaba embarazada, diría que visto por apariencia y finjo que me va bien en todo, si, diría que finjo sonreír pero por dentro estoy vacío. Por que no quiero que nadie vea que por las noches tomo hasta ahogarme y caer sobre la cama sintiendo que el mundo es un lugar distinto...  te diría que mi padre se esfuerza por llevar el pan a la mesa mientras mi madre intenta lidiar con ella misma y ahora con un hijo que casi a sus treinta se gasta lo que gana en alcohol.

Pero... a mi nadie me pregunta, así que no lo saben. Y es mejor que no lo sepan.

Pero la historia no se centra en mí, la historia se centra en una persona que pretende incluso más de lo que yo podría el hecho de estar bien, pero... que a diferencia de mí, ella, sí tiene que admitir que vive un infierno lo hará, para que entiendas qué en esta vida el sobrevivir es importante y el que avances va a depender de ti y solo de ti.

Esa noche cuando le conocí habían pasado varias cosas que nos llevaron a cruzar caminos, primero en la mañana, entre botellas y una gran migraña la alarma sonaba intentando despertarme de mi sueño, había caído como piedra después de unos tragos y algo de pasión fugaz la noche anterior., mi madre como de costumbre entra en la habitación admirando el desastre que había por doquier posando su mano en mi cabeza para despertarme con su suave y dulce voz.

__ Jasper Cariño, otra vez tomaste de más ¿cierto? __

Pero no estaba dispuesto a abrir los ojos, en mi mente seguía dormido y soñando con el futuro que quería para mi y el hijo que no pude tener, suspiraba tratando de ignorar la dulce voz de mi madre que con paciencia intentaba despertarme.

__ vamos cariño, tienes que ir a trabajar, llegaras tarde y hoy es tu día importante ¿Recuerdas? El aumento __

Y aunque deseaba con fuerzas quedarme pegado bajo el calor abrigador de las mantas, esas palabras hicieron eco, tenía que levantarme, tenía que irme. Pues hoy, iba a ser un día importante en la oficina.

__ bajo en seguida __

Debía prepararme, darme una buena ducha y quitarme la cara de resaca que traía por la noche anterior, estaba cansado y sin ánimos pero esto era algo por lo que había trabajado y necesitaba. Quizás finalmente podría ahorrar y volver a mudarme solo como cuando era un joven lleno de ilusiones a pesar de que no quería hacerlo. Finalmente mi cuerpo obedece y después de un rato con los ojos abiertos mirando el techo pude levantarme, una ducha fría y media hora retocando mi cabello y rostro frente al espejo fue más que suficiente.

Papá se quejaba del salario que ganaba mientras con su taza de café caminaba de aquí a allá vistiendo ese traje sucio y desgastado, ya que trabaja como mecánico en una tienda de repuestos, se encargaba de arreglar los automóviles de los adinerados para sustentarnos ya que de cierta forma yo no aportaba nada y cuando aparecí en la sala de estar supe que igual yo estaba en medio de esa conversación sin saberlo.

__ otra cosa, ¿cuando vas a disciplinar a tu hijo? __

Exclama con un mal tono frente a mi madre la cual con un leve gesto alzado servía el desayuno de su esposo sin dar una respuesta, se notaba que intentaba no darle largas al tema por que le incomodaba.

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