Estaba sentada en el sofá y envuelta en una manta en silencio, todavía tratando de asimilar lo que había ocurrido. Ya habían pasado horas desde que ella llamó a la puerta, y a pesar de que había gritado y afirmado que no se movería de allí, al principio yo no le había creído.
Había mirado un par de veces por la ventana unas horas atrás y admito que me sorprendió verla todavía ahí sentada. Un sonido constante me sacó de mis pensamientos, había empezado a llover, eso significaba que probablemente ya se habría ido. ¿O quizá no?
Chasqueé la lengua para mí misma. Yeo Jin nunca se hubiera quedado en medio de la noche bajo la lluvia, ella no era ese tipo de persona... Cada vez que la situación se ponía un poco difícil no dudaba en salir corriendo y lo que había pasado entre nosotras era la prueba perfecta de ello. Aun así, la conciencia no dejaba de molestarme. ¿Y si seguía ahí? Suspiré. No pasaría nada por echar un vistazo.
Me levanté y me acerqué a la ventana. Entorné los ojos tratando de ver algo a través de la fuerte lluvia. Sobre el banco pude divisar un bulto oscuro. Intenté enfocar la vista aún más. "Mierda..." Salí corriendo del salón hacia la entrada y me calcé antes de salir. ¿Por qué seguía allí? ¡Mierda! Mierda, Yeo Jin, ¡mierda! Grité y la agarré con la intención de levantarla ¿En qué mierda estabas pensando quedándote bajo la lluvia? Ella abrió sus ojos y me miró antes de esbozar una débil sonrisa.
Me gusta la lluvia Susurró. Me quedé helada.
POV OLIVIA
Miré el reloj por enésima vez. Por fin era hora de salir. Había encontrado un nuevo trabajo unas semanas atrás, pero era más duro de lo que pensaba. Lo que ofrecieron como ayudante de cocina era en realidad esclava de cocina y aún encima después de todo el día trabajando tenía que limpiar la cocina para el día siguiente. Conclusión: trabajaba más de lo que legalmente debería a cambio de un sueldo de mierda.
Me quité el estúpido uniforme que me hacían vestir y lo metí en una bolsa. ¿A quién se le había ocurrido la brillante idea de que fuera blanco? Estaba trabajando en una cocina llena de mierda junto con unos cocineros que no se caracterizaban por su habilidad en los fogones. Aún no había pasado un día sin que me salpicaran o tiraran algo por encima. Por suerte me habían dado dos, así que mientras lavaba uno usaba el otro.
Olí la ropa que llevaba por debajo del uniforme y puse una mueca de asco. Podía reconocer en ella la mayor parte de los platos que habían cocinado a lo largo del día. Como odiaba este lugar...
"Ya he terminado" Le dije a un hombre gordo que estaba sentado en una de las mesas del restaurante. Ese hombre gordo era mi jefe y nunca movía un dedo para ayudarme a pesar de que se quedaba en el local desde primera hora hasta la noche. La razón es simple: no se fiaba de mí lo suficiente como para darme las llaves y dejarme encargada de cerrar y abrir todos los días. Levantó la cabeza del periódico que estaba leyendo y me miró. Casi un segundo más tarde volvió a bajarla sin decir nada más. Era su forma de decirme que podía irme.
Suspiré y me dirigí a la puerta. Por si el día no había sido suficientemente malo ahora estaba lloviendo como no había llovido en meses y yo no tenía paraguas... Salí a la calle y me puse la bolsa donde había metido el uniforme sobre la cabeza para no mojarme... De poco iba a servir.
Sorprendentemente la lluvia dejó de caer sobre mí. Alguien estaba sujetando un paraguas a mi lado. Me giré y la vi: mi sonrisa favorita "Te dejaste el paraguas en mi casa... Idiota" Le devolví la sonrisa. Mi día de mierda había mejorado en cuestión de segundos. Había venido a buscarme a pesar de que le dije que no lo hiciera, era ya noche y no me gustaba que anduviera sola por la calle a esta hora y menos por el lugar donde yo trabajaba... No era de los más seguros de Seúl. Pero no podía regañarla, no podía mentirme a mí misma y negar que no me alegraba de verla. La abracé y le di un fuerte beso en la mejilla "Ugh... apestas a comida" Se me escapó una carcajada ante su reacción. Si yo, que había pasado todo el día en la cocina, podía notar el fuerte olor que desprendía mi ropa, mucho más tenía que notarlo ella.
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¿YABOSEYO?
FanficLlegué a casa después de trabajar. Estaba muy cansada, últimamente tenía tanto trabajo que no podía evitar hacer horas extras casi todos los días, pero aún así hoy no podía dormir. Mis manos aún temblaban. Mi corazón aún latía con fuerza. Hoy la he...