Capítulo XVIII.- No Desistiré De Mi Venganza

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Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no se fijó que Sesshomaru la miraba con detenimiento. Él pensó en esos mementos que ella era diferente a las demás chicas que él conocía, había algo en ella que de repente le atrajo, viéndola bien era una chica muy bonita y atractiva.

El joven de cabello plateado se sonrojo por lo que estaba pensando ya que en él no era común, comportarse de esa manera.

En ese momento la azabache se levantó de donde estaba, se sentó a un lado de ese joven quien al hablarle de cercas lo saco de transe —Joven Taisho.

—Si decía señorita Makino—ambos cruzaron sus miradas se sonrojaron al mismo tiempo.

La azabache desvió la mirada y sin mirar a ese chico de cabello plateado aun con un leve sonrojo 

—Mire así quiere que vaya el informe o hago un cambio. —ella le enseño la laptop.

Ese joven de ojos dorados puso su mirada en la computadora—Así está bien, así que continuemos que le parece.— Si —ella se dirigió nuevamente a su lugar para continuar con el trabajo, la azabache en ocasiones daba su opinión de cómo hacer las cosas y como debían hacerle para tener éxito y tener buenas propuestas

El sin pensarlo y la forma en que ella se desenvolvía en el tema, se sorprendió y la apoyaba, en todo lo que decía. —Tiene razón señorita Makino, creo que un nuevo método para esta empresa.

—Gracias joven Taisho por aceptar mi propuesta—dijo con una leve sonrisa.

Ya era tarde pasaban de las diez de la noche ya casi todo el personal se había retirado. Kagura que estaba recogiendo sus cosas miro el reloj —¡Rayos! Aun no salen ya faltan quince minutos para las once. Yo quería platicar con Sesshomaru ¿Cómo detesto a esa chica?

Tomo sus cosas y se retiró, en la oficina del alvino la azabache estaba guardando sus cosas, miro su reloj —Son las once de la noche tomare un taxi afuera. —Listo señorita Makino—Si joven Taisho —ambos salieron de la oficina, todo estaba solo no había nadie ya en la empresa.Subieron al elevador iban en silencio, llegaron al primer piso afuera estaba el guardia de seguridad les abrió la puerta, ahí estaba el chofer de ese chico esperándolo.

La azabache se paró y ese chico de ojos dorados se despidió del guardia —Hasta mañana señor Sagara.

—Hasta mañana joven Taisho.Ese chico miro atrás y miro a la azabache —Suba la llevo a casa es muy tarde para que se vaya en taxi. —No se preocupe joven Taisho van a venir por mí —No puedo permitir que me lleve a casa si no todos mis planes se vendrán abajo y me preguntara que si soy familiar de los Higurashi. —pensó para si misma.

Ese chico alto de ojos color dorado y larga cabellera plateada bajo de su limosina —Pues bien esperare a que vengan por usted, no permitiré dejarla sola a estas horas de la noche—espetó ese chico muy serio.

—¡Que! —exclamó aquella joven, ahora estaba en aprietos, la verdad no iba a venir por ella. —No puede ser ahora que hago.

En ese momento llego un carro negro se estaciona atrás de la Sesshomaru, en eso bajan la ventanilla de esta misma—¡Discúlpeme señorita Makino por la tardanza!

La azabache estaba sorprendida —No se preocupe llego a buena hora —ella mira al joven de cabello plateado—Nos vemos joven Taisho y gracias por acompañarme este rato y una disculpa por atrasarlo.—No se preocupe nos vemos mañana y descanse.—Igualmente, y nos vemos señor Sagara.—Hasta luego señorita Makino.

La joven se sube al carro se sorprende al ver quien estaba en el carro —¡Mamá!

—Vámonos señor Natsuno.Ese hombre miro por el retrovisor —Si señora Higurashi.—¡Mamá! Pero que haces aquí no nos deben ver juntas es peligroso.—Tranquila hija, además no creo que el joven Taisho me haya visto, por lo que veo  te propueso  acompañarte a casa verdad.

Prohibido Enamorarte Del EnemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora