「 𝗖𝗼𝗻𝘃𝗲𝗻𝗶𝗲𝗻𝗰𝗲 𝗌𝗍𝗈𝗋𝖾 」» Tyunning

018. Epílogo

Han pasado ocho meses desde que el controversial caso de un empresario de Seúl implicado en robo, estafa, tráfico, secuestro y extorsión salió a la luz para sacudir la atención del país.

Muchas cosas han ocurrido los últimos años y este miércoles, en el tercer juicio que le realizaron tras detenerlo en su vivienda, el empresario coreano Min Yoongi ha confesado la mayoría de sus crímenes cometidos a lo largo de diez años y su vinculación con el caso de "T", obteniendo una sentencia de veinticinco años de cárcel sin posibilidad de obtener libertad condicional en un futuro para ser trasladado esta mañana hasta Seodaemun. Por otro lado, su relación con un caso de hace años resultó más sorprendente para la población.

El caso "T" se refiere al juicio del hijo de una de las familias adineradas más conocidas del país, mismo que según sus padres, se "había escapado de casa a la edad de diecisiete años" y quien en realidad había estado trabajando para Min desde el momento de su supuesta desaparición.

Kang Taehyun, alias "Terry", de veintisiete años de edad fue sentenciado a quince años de cárcel por los delitos de hurto, fraude, violencia y asesinato en el año 2020 luego de entregarse de manera voluntaria, y hoy mismo, cuatro años después de la sentencia original, fue puesto bajo libertad condicional luego de comprobar que gran parte de los crímenes por los que se le acusaba fueron órdenes directas del empresario Min.

Esta tarde, el jefe de policía dará una conferencia con respecto al caso para responder las preguntas de los reporteros...

Las noticias del mediodía en diferentes medios televisivos eran narradas al mismo tiempo que la puerta metálica de un reclusorio a las afueras de la ciudad se habría para dejar salir en silencio sepulcral a un hombre de cabello azabache peinado hacia adelante como el clásico corte de los adolescentes en secundaria. No había nada de extraordinario en el ambiente aquel día, pero la magia de las emociones humanas le hizo sentir que estaba recobrando parte de su energía vital luego de tres segundos expuesto al candente sol fuera de los límites impuestos por la vida en una cárcel.

Tan pronto como sus pies tocaron el asfalto de la calle, la entrada detrás de sí fue bloqueada de un portazo que sirvió como el cierre absoluto de un capítulo. Una sensación de película lo invadió junto a una sonrisa calmada, ver la luz del sol sin un uniforme de prisión y con el viento golpeando su cara hasta alborotar también su cabello sin tener que lidiar con la idea de saber qué oficial de guardia había o no molestar a los otros presos era una sensación tan agradable que hacía que por fin disfrutara de algo tan básico como el picor que el calor dejaba en su piel por llevar un suéter de cuello alto en pleno verano. Respiró hondo hasta llenar sus pulmones por completo y luego suspirar satisfecho, el olor a encierro quedó atrás al igual que todo lo que tuvo que soportar durante cuatro largos años para poder llegar a ese momento de libertad, incluso si era condicional.

El azabache estiró sus brazos mientras tomaba un poco de la energía del sol solo con levantar su rostro hasta el cielo azul brillante, despejado y perfecto para la ocasión. A pasos lentos y tranquilos dio sus primeros pasos fuera de los muros de ladrillo, todo a la vez que acomodaba sobre su hombro la correa del bolso que llevaba con sus pocas pertenencias, no estaba apresurado, a cada centímetro que avanzaba terminaba colocando su atención en otra cosa para disfrutar de la simpleza de volver a salir para ver insectos por los aires, el paisaje insípido que era lindo a su manera o el simple olor a la peste de la zona que era igual que adentro, pero se apreciaba distinto.

Al tiempo que iba a cruzar en la esquina para llegar a alguna parada de bus cercana, una camioneta negra de ventanas polarizadas se detuvo en la calle frente a él, al principio se sorprendió de gran manera, d haber pasado más tiempo quizás lo habría consumido la paranoia, pero cuando la ventanilla del copiloto bajó para dejar ver al rubio conductor, todo cambió por una mirada brillante y algo confundida que era graciosa mientras más se acercaba.