13- 𝕷𝖔𝖘 𝖛𝖎𝖌𝖎𝖑𝖆𝖓𝖙𝖊𝖘 𝖘𝖔𝖓 𝖊𝖓𝖊𝖒𝖎𝖌𝖔𝖘♰

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Me levanto agitada, no me había dado cuenta de que me dormí. Solo me bañé, toque mi almohada y caí en los brazos de morfeo.

Soñé con las chicas... Y con la chica desconocida que ya sé que se nombra Leah, bueno se nombraba.

Ya todo tiene sentido con respecto a cómo los chicos reaccionaron al verla en mi brazos llenos de sangre.

Ellos sabían quién era, y saben quién fue el responsable.

Necesito ir al Le Salhé, tengo que hablar con la directora Ivanna.

Necesito respuestas.

Noto la hora en mi mesita de noche y marcan las 5:30am.

Me levanto rápidamente de mi cama y voy al baño asearme, me lavo los dientes y me adentro a la regadera.

Salgo del baño y me coloco el uniforme.

Tengo clases hoy, el feriado solo fue por el día de ayer. Tenemos que volver a la normalidad.

Me coloco los zapatos rápidamente, miro mi reflejo en el espejo y sonrió mirando que estoy presentable para el instituto.

Tomo mi mochila y bajo rápidamente por las escaleras.

Me detengo lentamente cuando escucho a mis padres hablando en susurros, se encuentran en la cocina.

- Solo hay que encontrarlo, Adeline. No te preocupes -le dice mi padre a mi madre.

- Tengo miedo, Alexander -escucho el sollozo de mi madre y mi corazón se contrae, no me gusta escucharla llorar- Las otras veces que la hemos perdido han sido dolorosas, pero no creo que yo pueda sobrevivir una vez más.

- No la vamos a perder otra vez, te lo prometo -bajo un escalón y me asomo un poco mirándolos a escondidas, mi padre se acerca y la da un beso a mamá en la frente- Encontraremos a los últimos integrantes, estoy seguro de ello.

Mi mamá toma aire y se relaja un poco, mi padre le abraza y le dice algo en el oído que no llego a escuchar.

Ella está sufriendo por mi culpa, no me gusta sentir eso joder. Quiero que mi madre esté bien, no llorando.

Respiro y trato de calmarme, también tengo que averiguar quién es la persona que sigue vida de la secta. Tengo miedo no voy a mentir.

Vuelvo a bajar las escaleras y me encamino a la cocina, mi padre me mira entrar y me sonríe felizmente.

- Hola preciosa ¿Por qué estás despierta tan temprano? ¿Es mi día de suerte? -me pregunta divertido y me río levemente negando con la cabeza.

- Puede ser... -le digo guiñando un ojo, el se ríe y se encamina a la cafetera a servirse una taza.

Miro a mi madre y ella me sonríe, me acerco lentamente a ella y le doy un beso en la frente.

Ella me abraza por la cintura, una lágrima baja por mi rostro pero la quito rápidamente antes de que se den cuenta.

- Hola pequeña -dice mi madre alejándose lentamente de mi para poder mirarme.

- Hola mamá, ¿Como estás? ¿Te has sentido mejor?.

- Así es, las personas a veces tenemos nuestros momentos malos. Ya estoy mejor, no te preocupes mi niña -me dice sonriéndome pacíficamente.

Aunque me diga eso se que todavía está preocupada, y todavía sé que se siente un poco mal. Quiero tomarla y encerrarla en una caja de cristal, no quiero que se sienta mal.

- Comeré una tostada y me iré al instituto -les digo mientras tomo chocolate para untar y una tostada.

Mis padres me miran sorprendidos, mi padre revisa su reloj de muñeca y frunce el ceño.

Ántara. [EN PROCESO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora