THE PROSTITUTE ADAPTACIÓN TERMINADA

Capítulo 3

Historia Original de M_Um0JKKT

—La próxima no quiero que se te olvide estúpida perra –dijo Seo, el dueño del bar —al menos esta vez estas consiente –dijo en un tono molesto aunque más calmado que hace media hora cuando aún castigaban tanto con sus golpes como con su miembro al pobre pelinegro —usaras esto –dijo el rubio tomando un consolador bastante grueso y del cual colgaba una espinosa cola y poniendosela al pelinegro.

—A-a-a-ahh... lo siento –dijo el pelinegro ya bastante golpeado con hematomas en todo el cuerpo cubriendo los anteriores que ya casi desaparecian.

Seo dejó a Gulf fuera de su oficina con el consolador en su interior y con su collar de perro en el mismo lugar mientras este se dirigía cuidadosamente a su cuarto debido al dolor que sentía
después de recibir el castigo.

—Gulfy ¡¿Gulf?! –dijo el pelirrosa dirigiéndose hacia él —¿pero que te paso?! No me digas que de nuevo te fuiste de bocón respondiendole a Seo.

El pelinegro tan solo asintió cuidadosamente ya que sentía que su cuello se rompería si seguía moviendolo después de que como veinte hombres se apoyarán en su cuello casi
ahogandolo.

—E-Está bien Petch ya casi no duele –dijo tocando una de sus heridas. —¿V-Ves? No duele –dijo fingiendo una sonrisa que se reformó rápidamente a una mueca de dolor.

—Vamos al cuarto Gulfy –dijo suspirando ya totalmente resignado que no podía salvar a su amigo de los castigos brutales que le daban.

El pelirrosa hizo que Gulf se hecharse en la cama mientras el limpiaba la sangre de su cuerpo; entre su labio, rodillas, espalda e incluso entre las piernas dándose cuenta recientemente que entre tantas veces que habia sido tomado, al final lo habían partido en dos como en tantas ocasiones que habían pasado.

—Deja de hacer esto Gulfy –dijo Petch acabando de limpiarlo y sentándose junto a él —se que no te gusta esto, a nadie le gusta esto, pero si quieres ver a tu hermana algún día tienes que salir de aquí y no como un cadáver... –habló enserio.

Eran pocas las veces que el pelirrosa mencionaba a su hermana y la verdad era un tema delicado para el pelinegro. Sin importar cuantos golpes recibía, por su hermana daría hasta su último suspiro.

—Ni siquiera se si está viva –dijo nsotalgicamente dándole la espalda al pelirrosa —quiero dormir Petch...

El pelirrosa suspiró y le dió un pequeño beso en la cabeza al pelinegro antes de salir y dejar al chico en la cama aún pensando en lo que había pasado y por primera vez desde que su vida se
habia convertido en un infierno.

Pensaba en quien podría haber sido aquel hombre que lo había hecho llegar tan exquisitamente ignorando sus problemas por una vez en su vida.