•· Capítulo 17 ·•

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CENA FAMILIAR, ¿CON LOS ANDERSON?  Parte I

Cry baby - The Neighbourhood.

KATIE ANDERSON

—¿Me puedes explicar qué es lo que significa esto? —de un sobresalto giré mi vista a la voz autoritaria de mi madre y continuó—, o no... mejor no me digas nada. Esto ya habla por sí solo —finalizó tendiendo su móvil para que yo lo viese.

Tragué grueso ante la polémica que se armó en todas las redes sociales debido a mi caída en la alberca de Austin. Inmediatamente miré a mi madre con ambos ojos muy abiertos y negué repetidas veces con la cabeza en un intento de que ella comprendiera que no era lo que parecía.

—O-oye, me aventaron hacia la piscina ¿vale?, el chico que aparece cargándome es el mismo que me trajo de vuelta anoche —puse una mueca mirando a un lado en específico del comedor.

—Mira Katie, mejor ahórrate tus ridículas excusas que no sirven para nada más que dar risa y ocúpate de limpiar tu reputación que quedó por la borda... Sobre todo la de tu padre respecto a la campaña. Deberías ser más considerada, ¿no crees? —esto último hizo que se derramara la última gota del vaso y en el sentido literal. Ya que cerré los puños con fuerza logrando que en un movimiento rápido cayera el vaso de vidrio al suelo dejando una variedad de cristales esparcidos por el piso.

La expresión de enojo en mi madre se hizo más que notable y fijó su vista en mí, luego en el vidrio en el piso y después en Brenda; automáticamente ésta tomó el cepillo de barrer y comenzó a recoger el desastre, mientras Ellie resonaba por todo el pasillos sus tacones indicando que se marchaba.

Solté un suspiro de frustración y me recargué lentamente en el espaldar de la silla y le pedí a Brenda que dejara de barrer para yo hacerlo.

Minutos después, agarré mi celular en búsqueda de algún mensaje de Lindsay sobre lo que le pedí, pero me encontré mas de lo contrario a lo que esperaba.

Habían tantos mensajes, que no alcancé a leerlos todos.

Eran tan despectivos los comentarios, publicaciones y post sobre la fiesta, comentarios malos y todos a mi alrededor, burlas, rechazos, cada reacción negativa iba directo hacia mí. Unos como: "Katie Anderson, abucheada por el Instituto Belmont", "La hija del postulado gobernador del estado ha caído en brazos del exitoso jugador de Lacrosse Erick Clarkson", "ya deja de intentar llamar atención niña rica"... entre otros que no me atreví a leer.

Al parecer la suerte no estaba de mi lado y todo me suele salir mal. En otro caso, me fuese importado una pera lo que digan sobre mí, pero he llegado a un momento donde las situaciones así me afectan de una manera distinta. Inclusive con Lucas al ver que en la pasada noche estuvieron haciéndole shippeos con Ruth. Y fue inevitable no sentir... ¿Qué?, sí eso era lo que me sucedía, que desde su llegada no podía dejar de sentir, emociones por él.

Solté un largo suspiro para así encaminarme al colegio, terminé de barrer el desastre y me dirigí en busca de mi mochila cuando mi madre decidió interrumpir mi día nuevamente.

—¿A dónde se supone que irás sola y de camino? —inquirió alzando una ceja.

Era más que obvio que hacia el Instituto; giré los ojos y luego la encaré frunciendo el ceño.

—Desde hoy las cosas cambiarán Katie Jeanne, te asignamos un chófer, exclusivamente para ti. De esta manera no irás sola por esas calles —abrí mis ojos al límite y ella lo notó—. Ni estés pensando en refutar, tu padre y yo ya lo decidimos, tienes que seguir nuestro ejemplo y parecerte a éste.

Mi vida, mis reglas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora