INICIO: Tercera División

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–Yes —asintió y vio salir a su compañera, parecía que nada le afecta, pero el la conoce lo suficiente para saber que la reacción del Capitán le afectó.

Ella estuvo rondando por los pasillos que te llevaban al segundo edificio, aunque en realidad eran cuatro edificios unidos por un pasillo al centro de la zona.

Con dirección al tercer edificio, pasando por la unión entre las cuatro construcciones se encontró nuevamente con Bibiana.

–¿Ya fuiste a verlo? —caminaban al par, viendo por los ventanales la oscura noche.

–¿Ya se hizo de noche tan pronto? —ignoro la pregunta de la contraria, no le apetecía hablar al respecto y ella pareció comprenderlo.

–Aún es de día —ella señalo su lado del ventanal observando el sol poniéndose.

–Hee.. nop, ya está oscuro —Ximena señaló su lado y se veía completamente oscuro, pero hubo un reflejo de algo brillando.

–Entonces, ¿Que es eso? —a Bibiana le tembló la mano al señalar un punto en específico que se hacía más grande conforme avanzaba.

–Bajo ataque —susurro ella al ver como el misil impactaba con la torre número cuatro. Sujeto el intercomunicador que descansaba en su hombro para dar ordenes— Estamos bajo ataque desde el suroeste, repito, estamos bajo ataque desde el suroeste.

La señal no era muy buena, el primer misil de ataque fue seguido de otros tres, destruyendo la torre número cuatro.

Bibiana nunca había estado presente en una zona de guerra, estaba preparada físicamente, pero esta sería de los primeros ataques en los que estaría involucrada directamente.

Ximena la tomó de la mano y corrieron hacia el edificio dos, el edificio tres estaba comenzando a ser atacado.

Muchos soldados salieron de entre las sombras, toda esa parte estaba camuflaje ada en color negro, pues la noche se acercaba y solo era cuestión de minutos a que entraran en penumbras.

Mismos soldados del bando aliado salieron a defender su zona, sonidos de disparos, bombas, bazookas y ametralladoras se escuchaban a la distancia.

–Bibiana —le llamo Ximena, ella seguía encerrada en su miedo— ¡Escuchame Bibiana! —al fin capturo su atención después de haberla zarandeado un poco— Quiero que vallas a la habitación 189, pongas en un lugar seguro a Emmanuel y envíes al General Gerardo a mi ubicación.

–N-no te vallas, q-quedatr con-conmigo —el miedo era palpable en su voz y rostro, además, sus manos tomaban fuertemente las de la General.

–Escuchame bien —se libro de sus manos— Haz lo que te dije, y nos veremos al amanecer para ir al Panteón.

–¿Me lo jura? —lágrimas comenzaban a salir de sus ojos, los sonidos de armamento militar usándose se hacían más fuertes.

–Yo te lo wo a jura —le regalo una sonrisa como cuando iban en la preparatoria.

Bibiana asintió, intentando mantener una mirada fuerte para enseguida correr hacia las escaleras. Tenia que subir seis pisos para llegar a la habitación que le indicó.

Mientras tanto, Gerardo escuchó las explosiones y disparos, se asomó a la ventana donde estaba ubicado el baño de la habitación. Vio como el edificio cuatro fue derribado y muchos soldados saliendo a defender sus tierras.

No había ninguna enfermera en ese momento cuidando del paciente, el les pidió que fueran a descansar en lo que el lo cuidaba.

Comenzó a maldecir en su mente hasta que le llegó un mensaje con coordenadas. Enseguida entro su compañera Bibiana, ella le explicó lo sucedido hasta el momento.

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2021 ⏰

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