La Nueva Vida Del Chavo.

Parte 2: Nueva vecindad

Cuidad de México.

En aquel día, ya era inicio de semana, y la escuela abrió de nuevo. En el salón de clases el profesor Jirafales estaba preparando su material escolar para impartir las clases como siempre. El primero en llegar fue Ñoño. Le dio los buenos días al profesor Jirafales, y se sentó en su pupitre. Luego llegó Quico, después la Popis, Paty, Godínez, Chilindrina, etc. Después de algunos minutos, Quico notaba algo raro, se dio cuenta de que el chavo no había llegado. Sonó el timbre y el profesor Jirafales les dio la bienvenida y tomó asistencia. Decía los nombres de los demás, hasta que nombró al chavo, y no estaba. Al profesor se le hizo un poco extraño porque últimamente el chavo no faltaba mucho.

Jirafales: oigan, ¿Alguien sabe por qué el chavo faltó este día?

Quico: eso es lo que quería saber, porque no lo he visto en ningún lado, ni en su barril para saludarlo.

Jirafales: A ver, ¿Cómo de que no estaba en su barril?

Quico: pues es lo que vi.

Jirafales: y si no estaba en su barril, ¿entonces a qué otro lugar se le ocurriría ir al chavo?

Ñoño: a lo mejor se perdió en el camino.

Popis: Yo creo que no. El chavo es algo menso, pero no tanto.

Chilindrina: O se distrajo con algún puesto de comida y se perdió, ya saben cómo es cuando ve comida.

Jirafales: Esto ya me parece extraño. El chavo jamás desaparece así como así.

Ñoño: ¿y cuál es su idea profesor?

Jirafales: Según en estos casos, lo mejor es esperar a que aparezca el chavo. Si no es así, entonces pasaremos a realizar una pesquisa importante.

Quico: ...¿y eso con que se come?

Jirafales: (suspira) me refiero a que realizaremos una búsqueda del chavo.

Royal Woods, Estados Unidos.

En el paquete donde estaba el chavo, que todavía estaba bien dormido, llegó por fin a Estados Unidos. El avión aterrizó, luego bajaron toda la mercancía. Tomaron la caja donde iba el chavo y luego la subieron en un camión. Al salir del aeropuerto, el camión comenzó a repartir los paquetes a sus destinos. Después de ir a dejar tres cajas, ahora le tocaba la del chavo. Los del correo bajaron, abrieron la puerta trasera, y con cuidado bajaron la enorme caja sin saber que en ella, había una persona. Luego la dejaron enfrente de una casa muy grande. Luego los del correo fueron a su otro destino. Cuando ya se fueron, el chavo por fin despertó. Bostezó y luego sintió de que su lugar de descanso, no era su barril. Quitó la tapa y se sorprendió de que no estaba en la vecindad.

Luego vio enfrente de el una enorme casa de dos pisos. El chavo pensó de que todos los de la vecindad se habían mudado a un nuevo hogar, y que tal vez no lo despertaron para que sea una sorpresa. Y con esa corazonada, fue directo hacia la casa. Tocó la puerta, no hubo respuesta. Tocó el timbre, y nada. Luego iba a comprobar a ver si estaba cerrado, pero estaba equivocado. Abrió la puerta, y se impacto con el interior de su supuesto nuevo hogar. Y comenzó a explorar.

Ciudad de México.

Después de muchas horas sin saber ninguna información acerca del chavo, el profesor Jirafales decidió hacer una reunión en casa de Doña Florinda, así como fue el juicio cuando el chavo atropelló el gato de Quico. Todos los de la vecindad estaban preocupados sin saber ninguna noticia del chavo, bueno casi todos. Don Ramón estaba algo tenso porque sabía perfectamente en donde está el chavo. Pero si dice una palabra, entonces le echarán la culpa a él y romperá el trato que hizo con el Sr. Barriga. El profesor Jirafales comenzó de una vez la reunión.