Capítulo tres - Acedera y Achillea.

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El chico llegó cansado a casa, después del incidente con Taiju hace un rato atrás. Yuzuha lo miró expectante, esperando a que Hakkai le cuente lo que había pasado para que estuviera de esa manera. El peli-azul trató de pasar de largo, pero su hermana mayor lo sostuvo del brazo y le impidió el paso.

─Hakkai, ¿qué pasa? Estás extraño. ¿Pasó algo con Mitsuya?

El menor miró a su hermana aún con el pastelito que le había dado Mitsuya hace un par de horas, y agachó la cabeza.

─Yuzuha, dime, ¿crees que soy un cobarde?

La chica lo miró un tanto extrañada por la repentina pregunta, pero rápidamente decidió responder.

─Claro que no, yo creo que tú eres un chico increíble, y un gran hermano. ¿por qué lo preguntas?

El chico caminó hacia la sala de estar y se sentó en el sofá, indicándole a Yuzuha que se siente con él. La chica procedió a sentarse al lado del menor, mirándolo. Quería saber pronto qué le sucedía, verlo de esa manera sencillamente no le agradaba ni un poco.

─Seré directo, Taiju se reunió conmigo hoy.

La chica se exaltó y se levantó de su asiento.

─¿¡Qué!? Hakkai, debiste habernos dicho, a mí o a Mitsuya, ¡No podías ir solo...!

─Tengo que empezar a enfrentar mis problemas por mi cuenta, Yuzu. No pasó nada, sólo... huh, él quería despedirse. Me aconsejó, y eso hirió profundamente mi orgullo. ─Hizo una breve pausa, apretando un poco su puño sintiendo ira al recordar─ Yuzuha, ¿por qué alguien como él debería aconsejarme? ¿Tan endeble me veo?

─Eso... realmente no me lo esperaba. ¿Despedirse? Hum... Hakkai, no debes sentirte de esa forma... ─Intentó consolarlo, pero estaba atónita ante lo que le había comentado su hermano mejor.

Hakkai miró a su hermana un par de segundos, sin estar realmente atento, su mente divagaba por lo acontecido. El chico estaba herido, no había sido la gran cosa lo que había pasado, en realidad. Sin embargo, saber de su hermano mayor le seguía afectando. Los traumas vividos y provocados sin duda era algo que no podía pasar por alto, así como así.

─Iré a descansar, Yuzu, ha sido un día bastante largo para mí. ─Hakkai se levantó y se dirigió a su habitación. Yuzuha se quedó preocupada por su hermano.

Eran ya alrededor de las 9 de la noche, Hakkai se recostó en su cama, con la frustración armando un nudo en su garganta. Miraba hacia el techo, con una expresión neutra, mientras una lágrima rodaba silenciosa por su mejilla.

Se fue quedando dormido mientras que la luz de la luna que hace poco había salido, se colaba por la ventana cuyas cortinas no alcanzaron a cerrarse. Hakkai estaba agotado emocionalmente. El encuentro con Taiju había sido tan repentino como desagradable, así le había parecido.

Escuchó la voz de su hermana mientras estaba medio dormido, proveniente de su habitación. No quiso ir a ver de qué se trataba, aquella sensación de ir quedándose dormido era gloriosa, pues su cuerpo descansaba mientras poco a poco se desconectaba del plano.

◊◊◊

─Hey, Hakkai. Despierta, ya es hora de que vayas a casa de Mitsuya. ─Siente unas cálidas manos acariciando su cabello con delicadeza, abrió los ojos, sin recordar qué había soñado.

─Yuzu... Buenos días. ─Le sonrió a su hermana sin saber por qué estaba siendo tan cariñosa de repente.

Yuzuha lo miró con una expresión serena, mientras que Hakkai se reincorporaba. Una vez que estuvo sentado en la cama, Yuzuha se acercó a Hakkai, para darle un beso en la frente, queriendo demostrarle comprensión, afecto y protección. Hakkai sintió cómo se estrujaba su corazón, puesto que ella siempre estaba ahí para protegerlo, con lealtad absoluta.

Flores y Pasteles | Hakkai x Mitsuya, Tokyo Revengers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora