Un día a la vez (Destino - 2)

47 6 4
                                    

Otra de "Destino". Esta vez es Donovan y el plan era una historia corta...

Prólogo

Giuliana bajaba las gradas con rapidez, cuidando de no tropezar por los altos tacones que llevaba. ¿Cómo podía haberse quedado dormida? ¡Había estado esperando esta audición toda la semana! Sí, no era una actriz, pero no era tampoco ese su sueño. Simplemente ser un extra, un poco de dinero que no le vendría nada mal. Después de todo, era italiana. No podía ser tan difícil.

Pero... ¡se había quedado dormida!

Sí, es que después de tomar el turno de la noche, había terminado agotada. ¿Quién pensaría que una cafetería daría tanto trabajo? ¡Demasiado, y aún le faltaba un año completo de estudio! Empezaba a odiar Estados Unidos... y extrañar Italia. Imaginaba que era la nostalgia lo que le había llamado la atención de esa serie, le hacía gracia como todos parecían fascinados cuando una cultura diferente conquistaba las pantallas de televisión. Ojalá todo fuera así de maravilloso como la vida de esos cuatro hombres, supuestamente italianos, pero que sin duda convencían. ¿Practicarían mucho?

¡Qué más daba! Elevó su mano para detener un taxi, pero supo que por la hora iba a ser imposible. ¿Qué iba a hacer?

Miró sus zapatos, no debería haber elegido esos en este día. No, no había sido una buena idea y lo había sabido desde el mismo instante que pisó el suelo con ellos. ¡Todo había gritado detente!

Se estaba volviendo loca. Realmente, iba a terminar mal.

Por fin logró conseguir un taxi y rogó para sus adentros llegar a tiempo. Habría demasiadas personas, estaría de última en una fila interminable de actores y actrices, aspirantes y fanáticos.

Sí, naturalmente este sería un gran día.

El taxi no podía ir más despacio, el tráfico era denso y solo pensó en correr. Pagó y lo hizo... por un tramo muy corto. Aun faltaban dos manzanas para llegar al estudio y la acera estaba copada de personas. Decenas... quizá cientos. Suspiró decepcionada; no, no iba a funcionar.

Se acercó lentamente, con desánimo. No podía hacer nada más que rodear con cuidado a las personas que habían esperado por horas ahí. ¿Realmente había dicho ella el día anterior que no había nada de que preocuparse porque ser extras no era algo que las personas buscaban? ¡Qué equivocada había estado!

Cuando consiguió llegar a una de las grandes puertas del estudio, la cantidad de personas era increíble. Volvió a suspirar y giró, para regresar por donde había llegado. Pensó que era una buena idea volver a casa, tomar un baño que la relajara y prepararse para trabajar en la cafetería.

"Un día a la vez" –se repitió.

Con la prisa que llevaba, ni siquiera había desayunado –recordó con cansancio. Buscó en su bolsa y aún tenía un par de dólares. Regresaría en autobús y comería algo. No era una mala idea.

Buscó a su alrededor un lugar para comer y un pequeño letrero le llamó la atención. Quizás era el nombre...

"Favola" –leyó en silencio.

¿Comida italiana? ¿Ahí? ¿Una señal? –rió, pues le recordó de inmediato a su hogar, a una canción que en su mente sonaba todo el tiempo.

Antes, cuando aún tenía sueños.


***


Donovan se apoyó en la silla con los brazos cruzados, un tanto exasperado por la espera. No le hacía gracia tener que retrasar sus escenas por unas audiciones que de por sí, eran absurdas. ¿Extras para uno o dos días y ver a cientos y cientos de personas? Era una pérdida de tiempo... ¿por qué justamente en este día, su día?

Anotaciones variasWhere stories live. Discover now