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Me dirigí a mi casillero, en el interior de la comisaría, abrí el candadito con la llave que Yuna me dió, tomé mi celular y mis cosas, y luego fui al baño de mujeres, que estaba casi vacío, y me cambié por la ropa que tenía antes.

Tenía una prima aquí en Seúl. Ella me permitiría vivir junto a su familia, siempre y cuando no gastara mucho. Yo le había dicho que trabajaría aquí, pero no le dije de qué. Y también le dije que mis padres habían aceptado, y me querían "dejar volar".

Ella me creyó y bueno, estoy dirigiéndome hacia allí.

Afortunadamente quedaba solo a 15 calles de la comisaría. Podría irme caminando.

En fin, mi turno cuidando el parque había terminado, ya que según mi compañero, luego de las nueve de la noche nadie transitaba por ahí. Cosa que corroboré. Nada interesante había pasado.

Así que una vez cambiada, salí de la comisaría, sin despedirme de nadie ya que ni Yuna, ni Seungmin a esa hora estaban por ahí (y bueno... yo no conocía a nadie más que a ellos y al jefe, que no lo había vuelto a ver desde nuestra última "conversación").

Habían algunas tiendas abiertas, pocas pero habían, que con las luces que tenían iluminaban el camino.

Me detuve y revisé mi teléfono luego de varios minutos caminando por la que recordaba era la dirección de mi prima, para confirmar que iba por buen camino.

Pero veo que tengo 34 llamadas perdidas de mis padres, algún que otro amigo, y de la... ¿Vecina?

¿A caso esa mujer no tiene oficio? -Pensé con el ceño fruncido.

Miré la hora.

21:56

Cuando de repente suena el tono de una llamada entrante.
Eran mis padres.

Suspiré y luego de unos segundos decidí responder.

¡¿Jane?! -Se oyó la voz de mi madre y tuve que separar el celular de mi oreja para no quedar completamente sorda- ¡¿Jane, dónde estás?! -Volvió a gritar.

Hola, mamá. Estoy bien, no te preocupes. -Respondí mientras volvía a caminar.

¡¿Hija?! -Dijo esta vez mi padre- ¡¿Hija, dónde estás?! ¡¿Estás bien?! -Preguntó.

Si, papá. Estoy bien. No se preocupen, estoy cumpliendo mi sueño. Estoy en Seúl, volviendo de mi primer día de trabajo. -Sonreí débilmente.

¡¿En Seúl?! ¡¿Estás loca?! ¡Te lo prohibimos! ¡Regresa en este mismo instante, señorita! -Dijo mi padre.

No. Ni lo piensen. Confíen en mí por una sola vez. -Dije un poco enojada- Voy a estar bien. Lamento haberme ido así pero sabía que se pondrían en esta actitud. -Me quejé.

¿Esta actitud? ¿Sabes a caso qué hora es? ¡No te hemos visto en todo el día! ¿Te parece poco? -Habló esta vez mi mamá.

Un señor que iba pasando a mi lado se me quedó mirando raro, y ahí caí en cuenta de que estaba llorando.

Me senté en el suelo, frente a un local, al sentir que mi ánimo se iba desmoronando poco a poco.

Jane, iremos ahora mismo a buscarte. ¿Dónde estás? -Habló otra vez mi mamá.

No te diré. -Sollocé tapándome la boca con la mano.

¡Jane, hija! ¡Respóndeme! ¡Es por tu bien! -Dijo muy preocupada.

Miré la pantalla de mi celular.
Ví la foto familiar que tenía mi mamá de perfil, y sonreí melancólica.

Voy a estar bien. Los amo. No me busquen. -Dijo como frase final e inmediatamente se escucharon sus voces entrecortadas.

Colgué.

Agarré un mechón de mi cabello y comencé a llorar, poniendo mi brazo sobre mi cabeza.

¿Por qué todo tiene que ser tan difícil? -Murmuré mirando el suelo.

Y así pasé un buen rato, hasta que escuché que las luces del local detrás de mí se apagaron.

Abrí los ojos asustada, levantando la cabeza inmediatamente, y una pequeña hoja de papel que había quedado en el suelo se atravesó en mi campo de visión. Moviéndose por el viento se fue alejando de mí.

Efectivamente gran parte de la calle estaba oscura. Al parecer a las 22:00 todos empiezan a cerrar sus negocios.

Aún así, veía lo suficiente como para seguir el recorrido del papel con curiosidad, y fue a parar en los zapatos de alguien a unos metros de mí.

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Holaaawas :)

¿Qué tal? ¿Quién creen que pueda ser esta persona de los zapatos?

Leo sus especulaciones 7v7

¿Lovers or Enemies? //Imagina con Choi San//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora