Unico

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Seúl, Corea del Sur

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Seúl, Corea del Sur. Hora, no sé, ubicación, eh... pues ni la más remota idea. Bueno si sabía, encerrada en un estudio de baile ¿Por qué? Ya verán ¿Alguna vez han escuchado esas historias locas de fans donde dicen meterse en las empresas de sus artistas favoritos? Pues eso no me paso, yo no estaba allí por que quería.

Bueno... quizá un poco sí.

Camino como león enjaulado por la habitación, mientras el chico de ojos rasgados me mira desde una esquina, en estos momentos debería de estar saltando de la emoción y gritando como la loca fangirl que era, pero estemos claros, mi dignidad, ante todo.

Aunque sea la que me queda. Estaba empapada de pies a cabeza, con barro y restos de no sé qué, mientras esperaba ropa seca y era vigilada por Park JiMin en persona.

Chicas, cuando uno dice; Quiero que me atropellen. No va en serio.

Estaba un tanto enojada con la vida en estos momentos, realmente cuando llegue a Corea pensaba que un día conocería a los chicos en una firma de autógrafos o algo ¡No que me atropellaran por accidente en mi bicicleta nueva!

R.I.P Cielito, sí, ese era el nombre de mi bici.

—Lo sentimos mucho en serio... —Dijo como por quinta vez en el rato que llevábamos esperando a que los demás trajeran las cosas.

Oh, claro que lo sientes —Ironice, andaba enojada, entiéndanme. Él me miro medio raro cuando hable en español.

La puerta se abre y por ella entran los seis restantes, cada uno con sonrisas de disculpas en sus bellos rostros, porque estamos claros, eran bellos. Seriamente... nunca pensé que conocería a BTS gracias a un accidente de menor grado. Todos se paran uno al lado del otro y hacen una reverencia pidiendo disculpas.

Sinceramente en estos momentos amaba que mi madre fuera igual de loca que yo y me pagara las clases de coreano en línea. Te amo, mamá.

—Creo que, como el líder, realmente siento que tuvimos que tener más cuidado, por favor, perdónenos —Volvió a decir el chico de tez morena, en serio, lo único que les faltaba era arrodillarse en el suelo, oh, oh, oh ¡Lo está haciendo!

—Oye, oye. Levántate ¿Sí? Estoy bien, fue un accidente ¿Okay? —Todos me miran un tanto asombrados ¡Boom, chinas! Mi coreano es excelente, me siento una diosa en estos momentos.

—Le trajimos esto —Murmura TaeHyung mientras me pasa la ropa y yo casi que chillo cuando roce sus manos, Diosito atrápame que me caigo ¡Ay, señor lo tenía enfrente! Me desmayo gente, me desmayo.

Media hora después cambiada y seca como una hoja de las que caen de la mata de mango de mi casa, tomaba fotos disimuladamente a los chicos que practicaban una coreografía en la misma sala donde yo estaba, después de todo, estaba esperando a que me trajeran mi bicicleta arreglada ya que ella no se salvo muy bien del impacto.... Y el auto tampoco.

Es una bicicleta de Latinoamérica ¿Qué querían? Mi abuelito me la había hecho casi de titanio.

Casi que me pego al techo cuando se escuchó como un cuerpo cayo a mi lado como un saco de papás, YoonGi estaba tirado en el piso con los ojos cerrados mientras los demás reían ¿De qué me había perdido?

—Hyung, apenas vamos comenzado, no es hora de un descanso ¿Qué pensara ella de nosotros? —Lo regaño JungKook mientras le agarraba un brazo y lo jalaba de vuelta, super conejo le decían.

—Qué soy un ser humano —Dijo y yo no me aguante, me andaba riendo con ganas señores, los demás (Milagrosamente) se rieron conmigo. Realmente nunca pensé tan relajada junto con estos chicos, bueno, nunca imagine siquiera que podría conocerlos en persona.

Luego de un rato, en los descansos de verdad, empezamos a hablar de trivialidades y estaba que no cabía en mi misma, me iba a dar algo, estaba segura, en cualquier momento iba explotar de felicidad.

—Entonces... ¿Qué haces en Corea? —Preguntó Jin mientras se sentaba mejor en el suelo y sonreí de lado, era una muy larga historia.

—Bueno, quizá pueda resumirla un poco, es bastante larga... —Carraspee y estire mis piernas y suspire —Bueno, resulta que es una historia un tanto graciosa...

>>Estaba en mi país natal con mi familia, en navidad y todo eso, estábamos hablando sobre el futuro y demás, ya me había graduado y mis tías me estaban diciendo para que fuera a trabajar con ellas en su tienda, pero yo rechace la oferta diciendo que prefería irme del país y bueno, ellas realmente no me entienden mucho y solo dijeron.

>> "¿Y entonces qué, Belén? ¿Piensas irte a Corea?" y se rieron de mí, en eso mi madre se paro aquella vez y me defendió, me dijo que era mi vida y que yo podía hacer lo que quisiera mientras no fuera nada malo, que si yo quería ir a Corea era mi decisión y debían respetarla.

Hice una pausa y sonreí, todos me escuchaban callados, algo un tanto extraño en ese grupo de 7.

—Al final de año, logre ahorrar algo y le dije a mamá que me iría a Corea, ella solo me apoyo en mi decisión y me deseo lo mejor —Trague saliva sintiendo mis ojos picosos, extrañaba a mamá — Después de todo, yo era la única que podía decidir que hacer con mi vida y con mi futuro. Encontré un buen trabajo al llegar a Corea y bueno, aquí estoy, cumpliendo mi sueño.

Luego de eso paso algo que jamás imagine, siete pares de brazos me rodearon en un cálido abrazo y no pude contener las lágrimas, los abrace devuelta mientras lloraba de tristeza y felicidad, hoy era el mejor día de toda mi vida

"Vive tu vida al máximo cariño, te amo" Esas habían sido sus palabras.

Y yo te amo a ti mamá, gracias. Gracias a ti pude conocer a los mejores idols de todos.

FIN

Una estrella y yaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora