Contacto visual.

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En un principio le pareció absurda la sola presencia de un humano en Hexside, un ser sin magia ni saco de bilis que pueda darle las capacidades necesarias para avanzar dentro del status, sólo la mascota de una bruja criminal que decidió que sería divertido ver a una chica sin chispa dentro de un establecimiento plagado de brujas y monstruos, según su pensar al menos.

Su rutina siempre fue burlarse de la bruja verde, por su florecimiento tardío con la magia, pero ahora cada día es una pequeña sorpresa con la humana dando vueltas alrededor, su valentía de enfrentarla con cada miserable broma es algo que no puede pasar por alto en cada ocasión, incluso cuando arroja baba de abominación le parece grata la expresión irritada que pone, una diferente a su brillo habitual. Si bien podría haber seguido con su acoso injustificado, el partido de Grudgby fue lo que le puso a pensar un poco en sus acciones, frenando de hacer algo más allá de menciones casuales contra las tonterías del trío.

Ahora observa casualmente a Luz y compañía pasa el rato, sus ojos fijos en la humana la mayoría del tiempo, aprendiendo algunos hábitos divertidos, como la costumbre de la chica a agarrar su estómago cuando está nerviosa o de apoyar el mentón contra su mano cuando piensa detenidamente. No es de prestar demasiada atención a sus objetivos de burla, pero ya es demasiado tarde como para seguir negando que su atención se posa en la alumna de intercambio cada vez que revolotea cerca.

No importa cuanto trate de discutir con su grupo que definitivamente no está vigilando a Luz por razones más allá de encontrar algún punto débil de donde colgarse, no importa cuanto amenace a otros para que cierren la boca cuando finalmente se dan cuenta de cómo un rubor carmín se presenta ante la presencia de la humana, ni cuanto le diga a sus padres que empezar a pintar no fue algo influenciado por su crush, incluso cuando la morena aparece en cada una de ellas.

Finalmente, es la última en enterarse de su enamoramiento.

Su aceptación surgió junto a la emoción de ser acogida por la humana.

Ese dia la escuela empezó como cualquier otro, las primeras horas siendo un dolor en el trasero con cada palabra del maestro, su mirada perdida en algún punto de la pizarra  y sus manos jugando casualmente con un lápiz sobre su pupitre.

“Deberías prestar atención” una voz preocupada sonó a su lado, recordando el por qué estaba distrayéndose en primer lugar, aparte de la voz somnifera del profesor.

“No te metas en lo que no te importa” responde esquiva y luchando nuevamente por no mirar su lado.

“Pero, si me importa, después no sabrás qué hacer en los exámenes” su susurro antes habría sido irritante, sin embargo, ahora parecía relajar su mente y acelerar su corazón.

“Me conseguiré los apuntes” argumentó sin pensarlo demasiado.

La aprendiz de bruja sonrió con una idea en mente, algo que había estado corriendo por cada pensamiento en el que se embarca cada vez que Boscha está cerca.

“Si necesitas estudiar, podríamos hacerlo juntas” sugirió de forma sútil, con una sonrisa tan suave que pareciera no esperar buenos resultados de buenas a primeras.

La bruja volteo con una velocidad extraordinaria, sus tres ojos fijos en la humana, su mente debatía en ponerse a discutir o aceptar sin chistar, con su orgullo por delante relajó su cabeza para actuar desinteresada. Los ojos marrones, brillantes y llenos de un sentimiento que Boscha no logró dilucidar, le devolvieron la mirada.

“¿Qué te hace pensar que necesito tu ayuda?”

“Nada en especial” se encoge de hombros mientras un brazo protege su estómago “Sólo una sugerencia” termina de excusarse.

Boscha fácilmente detecta los nervios de la contraria y su corazón se agita insistente, sus mejillas finalmente la delatan, así que termina desviando la mirada. La intensidad con la que Luz logra observar a la gente es demasiado para una joven con una vida social superficial, esos ojos que parecen querer atravesar sus barreras y comenzar a llenar de miel su amargo corazón es algo que no puede seguir admirando si quiere conservar parte de su reputación. Incluso cuando en lo profundo la idea de estar enamorada comienza a asentarse más rápido de lo que le gustaría.

“Si, claro, lo que sea” da una respuesta ligeramente ambigua mientras vuelve a su posición, sus orejas parecen sacudirse en clara felicidad.

Las mejillas de Luz se calentaron al igual que su corazón emocionado, tenía esperanzas en la redención de Boscha más allá de que alguna vez pudo tener, en especial ahora que aceptó su invitación a estudiar, en especial ahora que su mirada pareció ser suave y nerviosa a partes iguales.

Ni siquiera el regaño por parte del profesor fue suficiente para matar sus ánimos.

The Fluff HouseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora