Día nuevo, escuela nueva, libros nuevos, compañeros nuevos, todo parecía ser trágico, pero al menos no tenía que verles la cara a mis compañeros, al menos tenía una ventaja y era que por la pandemia y por todo lo que estaba pasando en el mundo, las clases eran virtualmente, no me imagino que tan difícil sería iniciar de cero así.
Me levanté tarde, ni siquiera tenía hambre para desayunar, me arreglé un poco y me dispuse a entrar a la primera clase que vi, aunque para ser sincero ni siquiera me aprendí el horario y tampoco quería asistir a clases, pero no tenía nada mejor que hacer.
Y así fue, entré, había pocos alumnos (cantidad bastante lejana a la que me imaginaba) si mucho había unos 16-20 alumnos, al parecer era de artes, "meh no es como que pueda hacer algo mejor" pensé.
La maestra habló y su voz me cautivó, luego mostró su cara y su sonrisa me enganchó, ¿mejor? no pudo ser descrito, simplemente... Creo que era el inicio de un sentimiento más grande.