Sus manos no paraban de moverse con nerviosismo y su pierna golpeaba una y otra vez el suelo al mismo ritmo. Anoche no consiguió dormir ya que su cabeza no paraba de darle vueltas al mismo asunto. Lo llamaron del hospital para avisarle de que ya podía ir a visitar a su madre, después de tanto tiempo esperando a que mejorase para poder recibir visitas, por fin había llegado ese día. Hoy sería el día en el que volvería a ver a su querida madre y aunque no quisiera, la angustia y el miedo se lo estaban comiendo por dentro. Tenía miedo de que esa vez fuera la última.
-Buenos días.—entró Sahin a la habitación con el desayuno en una bandeja.
-Buenos días.—respondió sin mirarle.
-Te traje algo de comer.—le acercó la bandeja.
-No tengo hambre.—se levantó y se apoyó en el marco de la ventana mientras miraba por esta.
-Tienes que coger fuerzas para el entreno de hoy, no puedes saltarte el desayuno.—comenzó a preocuparse.
-Lo siento mucho pero no podré ir ahora a entrenar.—se giró para mirarle.—Debo ir al hospital para visitar a mi madre.—suspiró.—Ayer me llamaron para decirme que podía ir. No me esperéis para comer.—cogió sus cosas y salió de casa apresuradamente.
-Oh Ayşe.—suspiró apenado.—Si supieras que tu hijo a vuelto a mi. Si tan sólo pudieras perdonarme.—agachó su cabeza arrepentido.
-Campeón.—le tocó el hombro.—No sigas culpándote de todo esto, ahora lo importante es vivir el presente y dejar que las cosas fluyan.—se sentó a su lado.
-Ahmed.—lo miró a los ojos.—Me siento impotente de ver como la madre de mi hijo está enferma y yo no puedo hacer nada. Me siento horrible cuando veo el sufrimiento y la angustia en el rostro de Kerem.—se le hizo un nudo en la garganta.—No quiero que por mi culpa siga sufriendo más así que cuando solucionemos la deuda cada uno seguirá su camino. Kerem jamás podrá saber que yo soy su padre.—se levantó y salió de la habitación con los ojos aguados.
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Kerem se encontraba frente a la puerta de la habitación donde estaba su madre. Había dudado varias veces en entrar pero se obligó a sí mismo a dejar todas sus emociones atrás para que no la afectaran.
Con las manos temblorosas, abrió lentamente la puerta y pudo ver que estaba sentada sobre la camilla mientras miraba por la ventana. Un nudo en su garganta se hizo presente haciendo que las ganas de llorar afloraran pero debía ser fuerte.
-Anne.—la llamó suavemente haciendo que ella se girase.
-Kerem, hijo mío.—sonrió al verle.—Acércate cariño.—dió varios golpecitos en la cama para que se acercara a ella.
-Mi niño grande.—lo rodeó con sus brazos.
Kerem cerró los ojos y aspiró el dulce aroma de su madre. Aquello le recordaba cuando era niño y corriendo iba en busca de sus brazos para sentir su calor. Aquel lugar era el único en el que se sentía seguro.
-Tenía tantas ganas de verte, tantas ganas de sentirte de nuevo entre mis brazos.—cerró sus ojos también.—Espero que la vida me de una oportunidad para seguir viéndote crecer. No quiero dejarte sólo. Perdóname si te he fallado como madre.—una lágrima resbaló por su mejilla.
-No digas eso anne.—alzó la mirada.—Te prometo que me esforzaré y conseguiré reunir todo el dinero para que puedas seguir con tus tratamientos. No voy a dejarte sola en esto.—sus ojos comenzaron a brillar debido a las lágrimas.
-Mi pequeño y dulce niño pelirrojo.—acarició su hermoso cabello.—Agradezco mucho lo que estás haciendo por mi pero no puedo dejar que arruines tu vida de esa manera hijo.—suspiró.
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Lucharé por ti 》Hanker
FanfictionSus pulmones le ardían de tanto correr y sus piernas comenzaban a flaquear debido al cansancio de la anterior pelea así que decidió girar en la próxima esquina para perderlos de vista pero lo que no contaba es que aquella calle no tenía salida.