Capítulo 23 - Soy el padre de tus bebé

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—¿Qué te parece si cuando a Vale le den alta, tú y yo nos sentamos a conversar tranquilamente? —pregunto con cautela, pero no parece muy convencida, aun así, asiente, sin más respiro —. Bueno, vamos ya hemos dejado al trió mucho tiempo solas.

Salimos del consultorio tomados de la mano y al llegar escuchamos gritos provenientes de la habitación de Valentina, y al ver, es nada más y nada menos que mi adoradísima madre y su fiel compinche Katiana.

¿Qué mierda están haciendo estas dos aquí?

Maldita sea, es como si olieran la felicidad

—Me importa tres hectáreas de mierda que quieres o a quien, porque asumo que estas muriendo por ver a Dilan —Escucho y sé que se trata de Alexa —, pero para tu información esta con su mujer e imagino que está haciéndole deliciosamente el amor así que, porque no se largan por donde llegaron.

—¿Quién mierda te crees que eres? —Esta vez escucho a la que me dio a luz

—Cuidado con esa boca señora, no vaya a ser que alguien de su círculo social la escuche decir semejantes groserías y la eliminen de la altísima sociedad por boca sucia —responde esta vez Isabel

—Para su información no me creo... soy una médico respetada e inteligente y con mucho futuro por delante, con un sexy hombre que me hace volver loca cuando me coge, no como usted huecas insípidas y frustradas; así que largo o llamo a seguridad y las hago sacar como la basura que son —amenaza Alexa y sé que este es mi momento para entrar antes de que estas cuatro mujeres la armen en grande, pero mientras yo pienso esto alguien más se me adelanta a hablar.

¿Dónde está el Dilan rápido?

El sexo con esta mujer me deja como estúpido, ¿o qué?

—Vaya, suegra tiempo sin verla, no me diga que quiere presenciar nuevamente como me la mete su hijo, apuesto que eso la calentó aquel día —dice Vallolet posicionándose frente a mí.

Ok

—¡Wow! no sabía que era tanto la necesidad de ser bien cogida que ahora le toca ver a su hijo cogerse a su mujer —habla con burla Alexa y río —, que asqueroso, usted sí que está frustrada sexualmente, le recomiendo comprarse un par de consoladores, pero de los enormes para ver si queda satisfecha —Al terminar, Isabel como Vallolet se carcajean mientras que Vale solo mira el espectáculo con el ceño fruncido.

Estás mujeres se llevan mejor cada día

—No sé a qué han venido, pero no me interesa —digo señalando le la puerta, recibo de su parte malas miradas, pero no dicen algo, simplemente salen.

Exacto

Con estas tres juntas es imposible que se queden en busca de más insultos

Los días transcurren con demasiada tranquilidad, tanto que me tiene realmente preocupado. Después de la visita inesperada de mi madre y su gran amiga, no las he vuelto a ver.

Otra buena noticia, la tuvimos cuando después de ese día le dieron de alta a Valentina; ya ha transcurrido dos semanas para ser exacto. Tampoco he podido ver a Vallolet por su viaje de urgencia a razón de un caso que requería su presencia, así que he aquí, haciendo me cargo de Valentina, cosa que no me molesta.

—¿Estás lista chiquilla? —pregunto cuando la veo llegar a la sala.

Hoy iré a la casa de Isa para apoyarla con la noticia a Manuel; estamos a la expectativa de su reacción porque sabemos que ama a sus hijas, pero un día llegó a casa con una regla de quien quedara embarazada, se iba de casa.

Frenesí en la Perla IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora