Ralsei movió nerviosamente sus dedos, sus manos yacían entrelazadas en su espalda dándole una pose tranquila y confiada así que este gesto pasaba desapercibido. Frente a él, Kris y Susie estaban entablando un combate de práctica para probar las nuevas técnicas de ataque en solitario que habían estado ideando.
La más alta mostró sus filosos dientes en una amplia sonrisa y Kris se encorvó ligeramente, cambiando su espada por un escudo en anticipación a los movimientos de su compañera. Ralsei sintió una punzada de inquietud, pero sabía que no se lastimarían en serio. Susie se lanzó como una ráfaga hacia su objetivo, desenvainando su hacha para propinar fuertes golpes uno tras otro en un violento frenesí; Kris respondió rápidamente a sus ataques, bloqueando y esquivándola en movimientos cortos pero precisos.
— ¡Eres escurridizo, Kris! — Gritó ella con entusiasmo antes de proseguir una vez más.
Intentó respirar profundamente y calmarse, pero sus ojos no podían apartarse del combate por más que unos escasos segundos. Se sintió confundido ante la ola de ansiedad y angustia que lo invadía con aquellas prácticas, esos sentimientos no hacían más que aumentar, ocasionándole un sentimiento de vértigo en su estómago que se extendía hasta entumecer su cuerpo.
Ralsei no era capaz de entenderlo, Kris siempre había demostrado ser independiente y fuerte en combate... a diferencia suya. No existían motivos reales para que temiese tanto por su seguridad, ¿Estaba siendo infantil o, peor, dudaba en verdad de la fortaleza de su mejor amigo?
El sonido de un golpe seco lo sacó de sus pensamientos.
Sus pupilas se dilataron de miedo cuando vio a Susie acertar uno de sus golpes justo en el rostro de Kris, haciéndolo retroceder bruscamente hasta que chocó con una de las paredes de piedra.
— ¡KRIS! — Gritaron ambos monstruos al unísono.
Antes de que Ralsei se diese cuenta ya estaba corriendo hacia el humano, su alma palpitaba a con rapidez y sintió el terror tensar cada parte de su cuerpo. Apenas llegó hasta él se inclinó y buscó el punto exacto donde había recibido daño pero, para su sorpresa, Kris levantó la mano con el pulgar en alto, dándoles a entender que estaba bien.
Ambos suspiraron de alivio y Susie descansó su pesada hacha sobre uno de sus hombros.
— ¡Qué susto nos diste, Kris! ¡Ralsei hasta pareció haber creado un hechizo de velocidad! — El más bajo sintió vergüenza por su comentario, pero rio de igual forma.
— Quizás debería probarlo en la próxima práctica, ¿No? — Susie soltó una escandalosa carcajada antes de fijar la vista en el humano.
— Eh, Kris, no olvides el trato. Ahora me debes dos darkburgers. — Sonó sus nudillos y estiró sus músculos, no parecía en absoluto cansada por el entrenamiento. — Entonces. ¿Nos vemos allá, chicos?
— Sí. — Respondió el humano a secas.
— No se tarden, si vengo a buscarlos les arrastraré hasta allá y ambos me deberán dos darkburgers. — Sin ningún gesto de despedida, Susie se retiró con el paso rápido que la caracterizaba.
Ralsei la observó marcharse, más animado y aliviado que antes, aunque no lo aparentase Susie sí estaba conteniéndose y había evitado golpear a Kris demasiado fuerte. No sólo había hecho mal en desconfiar de las habilidades del humano, sino que también subestimó las capacidades de su mejor amiga.
De pronto se sintió cálido ante el afecto que sentía por ambos, no podía si quiera imaginar amigos mejores.
— Vamos, Kris. No queremos llegar tarde.
Antes de que pudiese enderezarse, el aludido sujetó su antebrazo y Ralsei volteó a verlo, parpadeando con curiosidad. Hubo un leve silencio y, sabiendo que su amigo no era de muchas palabras, intuyó lo que intentaba decirle y empezó a revisarlo con más detenimiento. Sus manos fueron cuidadosas y suaves cuando enredó los dedos entre los cabellos azul oscuro del mayor, no quería lastimarlo o causarle más dolor.
No había rastro de heridas externas por lo que lo más probable es que sintiese malestar debido al golpe, tenía sentido dado que percibió una pequeña hinchazón al costado de su cabeza, nada grave.
— Está bien. — Lo tranquilizó con voz suave, colocando ambas manos cuidadosamente sobre la lesión. — Te prometo que en un momento dejará de doler...
Ralsei cerró los ojos y se concentró, enfocando su magia para que fluyese hasta la palma de sus manos, suave como olas tocando la superficie de la arena. Segundos después abrió los ojos y se alejó un poco, dándose cuenta con una expresión de diversión que había desacomodado por completo el cabello de Kris por lo cual ahora se veía esponjado y fuera de lugar.
Kris pareció notarlo pronto por lo que empezó a arreglarlo... o intentar hacerlo. "Debería ayudarlo, yo fui quien lo ocasionó" pensó Ralsei, inclinándose hacia él.
— Espera, Kris. Creo que recuerdo cómo-
Antes de que pudiese estirar la mano vio un brillo rojo destellar hacia él, no tardó mucho en percatarse de qué se trataba. Se quedó atónito al ver los ojos de Kris, descubiertos mientras ordenaba su cabello, su iris era de un color rojizo fuerte y brillante del cual nunca había imaginado.
Poseía un mirar frío pero a la vez cálido, como si de sólo observarlo le quemase por dentro con el frío de la helada más gélida y ardiese en flamas como el mismísimo fuego. La luz no era capaz de reflejarse sobre ellos, parecían destellar con su propio brillo interno, con el brillo interno de Kris.
Ralsei se encontró a sí mismo perdido y maravillado por aquella faceta desconocía, misteriosa y majestuosa... percatándose sobre la profundidad e intimidad de sus pensamientos. Bajó la mirada nerviosamente, sintiendo el calor arder en sus mejillas y su alma palpitar frenéticamente, de pronto tuvo que sujetar la punta de su bufanda, sus manos no dejaban de sudar.
Tragó saliva, sintiendo una especie cosquillas incómodas en su estómago.
"No debería pensar en Kris de esta manera..." se dijo a sí mismo.
Apenas fue consciente de que el más alto se ponía de pie, murmurando un agradecimiento mientras se marchaba. Ralsei lo siguió sintiendo que caminaba en tacones por arenas movedizas, temblando y sin levantar la mirada mientras en su mente se repetía una y otra vez aquella escena, pareciendo grabarse con más firmeza en su memoria.
Por mucho que lo intentó, la visión de aquella mirada rojiza cual fuego no lo dejó en paz durante todo el día.
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Un Príncipe Encantador ¦ #Flufftober
FanfictionYa ha transcurrido un tiempo desde los acontecimientos del Dark World. Tanto Susie como Kris y Ralsei continúan con sus vidas con normalidad en medida que les es posible... pero las cosas han empezado a ponerse extrañas e incómodas entre estos dos ú...