Caperuciel y el lobo adulador

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Había una vez,un jovencito de cabellos azules y ojos del mismo color,era de mañana y los rayos del sol reflejaban destellantes sobre su ventana abierta,los cuales lo despertaron anunciándole que ya era de día.Levantándose y mirándose al espejo,se arreglaba los mechones de cabello desarreglados,ordenándolos con sus finos dedos que pasaban entrelazándolos y laciandolos,parpadeó varias veces y se fue a lavar los dientes y tomar una ducha.
-Ciel,ya es hora del desayuno-habló la voz de una mujer,su madre la cuál lo llamaba ya que había pasado -Ya voi! - se escuchó como respuesta.

Ya listo,salió de su cuarto y bajó las escaleras,encontrándose con su madre,que feliz lo abrazaba y besaba,dándole los buenas dias-Buenos días,mamá-contestó abrazandola, -Mi pequeño Ciel,necesito que me hagas un favor después del desayuno -

Sirviendo en la mesa dos tazas de té y unos trozos de pan y otros bocadillos,comían los dos juntos,al terminar su madre le entregó una canasta.

-¿Una canasta?-preguntó Ciel.¿Para qué él queriese una canasta? -Para mí ? -preguntó abriendola, -¡Pero no hay nada! - grito sorprendido,su madre cojió unos panes largos y los trozo en dos para que pudieran entrar dentro,colocó también frutas y mermelada casera que había preparado la noche anterior,colocó una carta,con un sello rojo con dorado.

-No es para ti,es para la abuela,está un poco sola así que ¿Por qué no vas a visitarla?-sonriendo y no dejándole contestar lo sacó fuera de la casa,dándole un beso y un abrazo de despedida.-Y no hables con extraños-Deseándole suerte,le puso una capa roja y entró de nuevo.No dejandole decir una palabra y comenzó a cambiar hacia na casa de su abuela...

Por el camino,se escuchaba el trinar de los pajaritos y el viento soplar las hojas,el sol radiaba pero las hojas de los árboles cubrían el camino,dejando paso libre,faltaba mucho camino por recorrer,la verdad quería llegar rápido y beber un poco de agua,a demás,sentía que alguien lo observaba desde lejos.Cada vez que volteaba no encontraba nada y un suave estruendo entre las hojas de los arbustos,pero nada.

Caminando por el largo pasillo de flores y hojas,se encontró con un risco pequeño pero con abundante agua,tenía sed,así que se acercó.

Arrodillandose,juntó sus manos y cojió un poco de agua llevándola a sus labios,el agua no entró toda a su boca por que se resbaló por sus brazos y su cuello,dejándole pequeñas gotas por el recorrido que de deslizaban por sus partes mencionadas.

-La verdad,es realmente delicioso...-susurraba alguien a las espaldas del joven.

Ciel un poco asustado,volteó lo más rápido que pudo,y nueva mente no se encontró con nadie.Un poco molesto volvió a girar,cojió su canasta y dispuesto a irse se adentro de nuevo en su camino,pero de pronto escuchó algunos gruñidos desde la otra parte del risco.-Pero...qué?- Un poco exaltado,se quedó de pie mirándolos fijamente,era un grupo de lobos de distintas clases que,por lo visto,se veían hambrientos.Comenzó a correr,lo más rápido que pudo,esquivando algo torpe alguna que otras ramas y rocas que se encontraban por el camino,no dejaría de correr hasta que hubiese dejado de escuchar los gruñidos de los lobos que ya lo estaban persiguiendo.

Hubo un punto que ya no podía más,sus piernas y sus fuerzas no se daban para más,pero al ver que había una roca gigante,mucho más grande que él y que no podía ser escalada por alguien sin implementos necesarios,se quedó tieso, iba a correr a su alrededor,pero era el único camino ya que habían más rocas y árboles y arbustos muy frondosos.-Oh no...-dijo triste-Es mi fin...-Arrinconado por los tres lobos que lo miraban y gruñían para de una buena vez atacarlo,saltaron hacía él y tratando de protegerse se abrazó a la canasta y cerró los ojos,esperando algo que le causaría dolor,pero no.Escuchó un quejido de parte de los lobos ,abrió los ojos y pudo divisar que,los cuales a doloridos se levantaban como podían para llegar a huir,aclaró su vista, encontrándose con un hombre con orejas y cola,colmillos y de cabello negro observándolo y tendiéndole la mano para poder ayudarlo a herguirse,la cual acepto algo curioso.

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