Tomarse de las manos.

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Boscha había aceptado una invitación de estudio a la casa búho, Luz le avisó que serían ellas dos de momento, pues tanto Willow como Gus tuvieron que estudiar acerca de sus respectivas clases de Plantas e Ilusiones. Amity fue puesta fuera de juego por sus padres.

El día se hizo corto para la estrella de Hexside una vez se encontró con la humana a primera hora, desde que aceptó su invitación a una reunión de estudios pudo ver como parecía irradiar felicidad con cada poro de su piel, incluso cuando la empujo de casualidad a las afueras de la cafetería. Luz estuvo en la mayoría de sus clases, así que, era inevitable no voltear hacía ella de vez en cuando, siendo descubierta sólo una vez al final del periodo escolar.

“Entonces…” escuchó la voz de su crush justo detrás de ella, logró reconocer un tono juguetón y casi juraría oír su sonrisa felina “¿Estamos en buenos términos?”

Se dio la vuelta con tal de encararla y decirle un profundo ‘No’, aunque apenas la vio sólo pudo tragar sus palabras, el brazo alrededor de su estómago era sutil para cualquier otro que no fuera tan observador… o no tuviera tres ojos, sabe que su actitud traviesa y risueña está ocultando los nervios que siente de estar hablando con su acosadora personal tanto de ella como de sus amigos perdedores, sin embargo está haciendo el esfuerzo de dirigirle la palabra tan casualmente como puede, un gesto admirable.

“No lo sé, ¿lo estamos?” usó su mejor sonrisa burlona mientras se dispuso a sacar el pergamino de su bolsillo con tal de tener alguna distracción de las facciones de la chica, en especial cuando se mordió el labio inferior con tantas ansias.

“¿Tal vez?” alargó la última vocal con duda plasmada en su tono.

“Averigualo tu misma”  agitó su mano casualmente a la vez que comenzó a avanzar hacía la salida “¿No tenemos una sesión de estudio hoy?” finalizó sintiendo su corazón golpear los pensamientos lógicos.

Luz se entusiasmó tanto que corrió detrás de ella tomando su mano por medio segundo antes de soltarla. La emoción a veces puede llevarla a demostrar el cariño más físicamente, pero Boscha no estaba en su lista de repartición para besos o abrazos, en especial cuando siempre se muestra reacia a la gente en general.

“¡Lo siento, me dejé llevar!” se alarmó dando un saltito hacía atrás acompañada de una expresión plenamente preocupada.

Boscha se congeló en su lugar mientras procesaba lo sucedido, a través de su mano sintió el calor humano abrazarla por menos de un segundo, algo fugaz, y aún así no pudo alejar los pensamientos del cómo la chica agarró su mano tan dulcemente que podría haberse derretido en sus brazos si se lo pedía. Se dio cuenta de la mirada nerviosa que la humana dirigió a su persona, tratando de eliminar el resto de pensamientos gay trató de escupir algo coherente.

“No importa, ustedes, los humanos son pegajosos” se inventó algo al azar, juraría haber escuchado a Gus decir que los humanos tenían varias formas de demostrar cariño por medio del contacto, así que esperaba no tener ningún argumento en contra.

“Bueno, un poco” Luz rió torpemente logrando posicionarse junto a Boscha otra vez.

La humana tanteo terreno mientras ambas se dirigen hacía la casa búho, rozando el dorso de la mano de la chica de vez en cuando siendo intencional en cada oportunidad.

“Estoy comenzando a cansarme de este juego” 

“¿Qué juego?” 

“Has estado tocando mi mano todo el camino, Luz” declaró con mejillas enrojecidas y un tono de voz exasperado.

Las mariposas vuelan y chocan constantemente con el corazón abatido de la bruja, en especial cuando un adorable rubor se apodera de las mejillas de Luz.

“N-No fue a propósito” trató de excusarse, claramente sin éxito.

La mano de la mayor tomó rápidamente la de Luz y apretó suavemente, encajando sus dedos con plena perfección entre los de ella.

“Creo que gané tu juego, ¿no?” una sonrisa temblorosa y un sonrojo potente eran claras señales de que los pensamientos lógicos en su cabeza se fueron lejos de este plano.

La humana pareció vibrar en su mano, mientras una sonrisa tonta hizo presencia en su rostro iluminado con la más pura felicidad, una expresión que terminó de golpear la mascara de Boscha, quien imitó torpemente el gesto en una sonrisa floja.

Ambas parecieron bien con esto, la humana no dijo mucho más después y sus manos siguieron abrazadas hasta llegar a casa.

The Fluff HouseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora