Arte.

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Aquella mañana de invierno, el viento helado hacia caer algunas hojas secas de los árboles.

Natasha iba tarde a su clase de teatro en la universidad. Las calles de Nueva York estaban humedas por la lluvia y algunos copos de nieve que habian caido la semana anterior y el resto de los últimos días. El vaho salía de su boca como señal de el excesivo frio en el ambiente el y cansancio, pues corría a toda prisa mirando que su reloj ya marcaba las 8:05 am, iba muy tarde.

Las personas no le permitían acelerar el paso y esquivarlas le estaba resultando complicado. Entre empujones y frenados, finalmente logro tomar un atajo y entrar a una calle poco trasitada.

Distraída en sus pensamientos y un poco mas aliviada continuó caminando sobre la acera hasta que su vista se posó en un contenedor repleto de basura, que le impedia el paso, así que tendría que caminar por el asfalto y rodearlo. Estaba por seguir su camino pero un cuadro o mejor dicho, una obra de arte la detuvo.

Era un cuadro precioso, pintado al oleo. Su mirada capto en el centro a una mujer pelirroja mirando hacia un horizonte donde el sol alumbraba su rostro. Las luces y sombras estaban tan bien pintadas que parecia una imagen real.
No entendia como alguien pudo tirar semejante obra a la basura. Se acercó despacio dejando su bolso sobre el pavimento humedo, estaba ofendida por ver aquel lienzo tan elaborado rodeado de basura, asi que lo saco de allí.
Sus dedos se llenaron de pintura amarilla, aún estaba un poco fresca. Parecia que recien lo habian tirado.

Miro hacia las ventanas de los departamentos y casas, esperando que alguien se delatara pero nadie se asomó. Su telefono sonó con un mensaje de Violet su mejor amiga: "Donde coño estas!? La obra va a empezar!!"
Natasha sintio un vuelco en el estómago, ya era muy tarde. No iba a tocar puerta por puerta hasta que alguien reclamara ese cuadro.
No lo querian por eso lo tiraron ¿no? Pensó.
Sin pensar más, tomo el cuadro con mucho cuidado de no mancharse y corrió al teatro. Corrió tan rapido que sus piernas dolían cuando freno frente al foro teatral de su escuela.
Entro sin detener el paso, hasta los camerinos.

—Ya llegó!!

—Joder, Natasha llegas tarde!!

—Lo sé, lo sé... –Habló mientras ponia suavemente aquel cuadro junto a la pared–
—Habia trafico...

—Ya da igual, venga ponte el vestuario y a escena!

SuspiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora