Solo quería enamorarse profundamente y ser correspondida, vivir ese gran sentimiento como sus padres quienes desde muy jóvenes se conocieron en los campos de su villa, sin nadie que se interpusiera en sus sentimientos para formar una familia, eso e...
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—¡¡AHHHHHH!! ¡¡AYYYYYYYY!!
Sus gritos era desgarradores llenos de dolor y agonía, era lamentable que nadie la escuchara, no había quién la socorriera, afuera solo el viento hacía ruido mientras las hojas de los árboles caían, la espesa niebla invadía aquel bosque demostrando que no importara cuanto gritara, nadie acudiría a su llamado.
—Ya, ya, pasará pronto te lo prometo, solo debes esperar un poco, créeme estarás mejor. -Esa mujer le hablaba como si tener varillas clavadas en las piernas fuera cosa de nada, tenía un corte profundo que le atravesaba el cuerpo, había logrado su cometido no podía huir, metió un trapo en su boca tratando de callar su agonía.
—Shhhh, de verdad que eres única, una verdadera reliquia, no sabes lo feliz que me haces, buscar al marques fue lo mejor que pudiste hacer ¿Sabes cuanto tiempo estuve buscando una persona como tú? Años. -Sus ojos mostraban el horror y la impotencia que estaba viviendo, el inmenso dolor que sentía como partía todo su ser, aun no entendía por qué de aquel sufrimiento.
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—Si nunca hubieras salido de tu hogar no te habría encontrado. Soy una bruja Kedward, tuve que recurrir a un hechizo para que no preguntarás mi nombre, supongo que lo intuiste, no soy una sanadora como te dije, pertenezco a un clan único y especial, a decir verdad somos muy pocas, nos han perseguido por años para matarnos, solo porque nuestra habilidad es única, principalmente para trascender el tiempo, uno de nuestros trabajos es hacer muñecas de almas, algo así como ángeles, almas puras para que sirvan de guardianes a otras personas. Querida, eres por mucho la mejor alma que me he encontrado, no solo bella sino pura de corazón, y lo mejor de todo es que estas enamorada limpiamente. Antes de ti creí encontrar buenas almas pero ninguna de ellas me sirvió. Le debo mucho a una mujer importante, hace tiempo le prometí un regalo y hasta ahora podre dárselo tú, tú eres ese regalo.
Quito sabanas de algunos rincones buscando una caja, Hinata permanecía inmóvil, aquella bruja la había cuidado y curado solo, para después herirla.
¡Por favor ayúdenme!
Pudo ver cadáveres de jóvenes embalsamados, un cuerpo parecía ser de una niña.
